Un daño a la Universidad

Me parece importante que el señor Lamo de Espinosa sepa que cuando su Dirección General solicitó informe sobre la adscripción de un nuevo profesor titular al rector de Santiago, este último remitió el escrito para informe al decano de Medicina, y éste, a su vez, solicitó informe al departamento de Patología. El consejo de departamento acordó por unanimidad informar negativamente la adscripción a dicho departamento del solicitante, y así se lo hizo saber al decano. Posteriormente, este informe negativo del consejo de departamento fue llevado a la junta de la facultad de Medicina, que informó también negativamente dicha adscripción, tras votación y por mayoría absoluta de sus miembros. Desoyendo los informes especializados del consejo de departamento y de la junta de la facultad en un tema puramente facultativo, la junta de gobierno de la universidad de Santiago, bajo la dirección del rector Carlos Pajares, informa positivamente la adscripción del solicitante y crea, en consecuencia, una situación de tensión entre la junta de la facultad de Medicina y el rectorado. ¿Es que los miembros de la junta de gobierno habían sido previamente influidos por alguien o por algo? De otra manera, ¿cómo se sienten más capacitados para opinar sobre la facultad de Medicina y sus departamentos que los profesores de la propia facultad de Medicina?

Nada más lejos de mi intención que pensar en una posible manipulación en la gestión de esta solicitud de adscripción. Es público, sin embargo, que el decano de Medicina, profesor Otero Costas, pretendió anular la votación en la que la junta de facultad votó no a la adscripción, con la pueril disculpa de la diferencia de tamaño de las papeletas. Es público también que el decano de Medicina enseñó el acta de la junta de facultad con las distintas intervenciones a la persona solicitante y que naturalmente no pertenece a dicha junta. Y es público, al fin, que el decano de Medicina, después de perder la votación en la que él defendía la adscripción del nuevo titular, hizo un incorrecto oficio al rector en el que no sólo no incluía el informe concluyentemente negativo de la facultad de Medicina, sino que se permitía exponer cuál había sido su propuesta, a pesar de haber sido rechazada por mayoría absoluta; oficio este último que la junta de facultad rechazó y el decano se vio en la obligación de complementar.

Creo, señor Lamo de Espinosa, que los intereses institucionales deben prevalecer sobre las amistades personales. Y estos intereses institucionales, en cuanto a la facultad de Medicina se refiere, han quedado expuestos de forma diáfanamente clara en los informes del consejo de departamento y de la junta de facultad. Contradecir estos informes, especializados es crear malestar y tensión en la Universidad y estimular un justificado escepticismo sobre el valor real de lajunta de facultad. Es, en definitiva, un daño a la Universidad.- Director del departamento de Patología de la facultad de Medicina. Santiago de Compostela,