Una fecha practicamente inalcanzable
A estas alturas, sólo un milagro permitirá que España ingrese el 1 de enero de 1986 en la CEE, estiman fuentes comunitarias. Incluso si -lo que en algunos puntos es difícil- en las sesiones de negociación de febrero y marzo se llegase a un acuerdo sobre las grandes líneas de los capítulos que quedan -fundamentalmente agricultura, pesca, asuntos sociales y Canarias-, harían falta por lo menos seis semanas más para completar el trabajo técnico. Fuentes comunitarias consultadas por EL PAÍS opinan que en el mejor de los casos el tratado de adhesión quedaría ultimado para finales de mayo o principios de junio. Demasiado tarde para ingresar el 1 de eneiro de 1986.Expertos comunitarios estiman que, sin sorpresas electorales y con urgencia, el mínimio necesario para ratificar en los Parlamentos de los diez el tratado de adhesión sería ocho meses. Estos expertos se extrañan ante las declaraciones de los políticos -comunitarios y españoles-, que a menudo ignoran el trabajo técnico que queda por hacer.
Un ejemplo puede ser el acuerdo de diciembre en la cumbre europea de Dublín sobre la reforma del régimen del vino en la CEE: a estas alturas, los diez no se han puesto aún de acuerdo sobre un texto del reglamento para ponerlo en marcha. Otro ejemplo es el de Grecia, que firmó el tratado de adhesión el 28 de mayo de 1979 e ingresó el 1 de enero de 1981. Es más, Grecia pidió que su ingreso se llevara a cabo el 1 de julio de 1980, lo cual se le denegó. Es, por tanto, probable que sí no se cumple la fecha del 1 de enero de 1986 Grecia no acepte que España ingrese antes del 1 de enero de 1987.
Técnicamente hablando sería factible ingresar el 1 de julio de 1986. Ésta, según fuentes comunitarias, sería la fecha alternativa -si se quiere evitar el retraso hasta principios de 1987-, pues podría compaginar problemas de pagos al presupuesto de la CEE por parte de los Estados y la fase más ímportante de la. aplicación de la política agrícola. Por motivos puramente agrícolas abril sería mejor mes, pues comienza entonces la campaña, con nuevos precios.
Las declaraciones del presidente del Gobierno coinciden con las que hizo el titular de Exteriores, Fernando Morán, en Roma. En todo caso, en medios comunitarios se estima que es un "gran error" que España hable, justo antes de un intenso y wucial período de reuniones negociadoras, de la posibilidad de retrasar el ingreso, ya que quita presión al desarrollo del proceso.
