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La actualización de la medicina forense

El autor de este trabajo opina que la medicina forense es; un factor esencial para la administración de justicia, por lo que, siguiendo este criterio, propugna la reforma y actualización reglamentaria de esta especialidad médica, dotándola de los medios necesarios para cumplir su función. Cree por ello que debería crearse una red de institutos de medicina forense en todas las provincias españolas, y desligar a los médicos forenses de las autoridades sanitarias, situándolos bajo control del poder judicial, como único sistema que garantizaría su independencia.

La medicina forense está adquiriendo mayor importancia en el mundo entero de día en día, hasta tal punto que uno de los parámetros para valorar la calidad de la justicia es justamente el del rigor científico de la pericia forense. Es decir, que no puede existir una buena Administración de justicia si no va acompañada de una buena pericia médica, moderna, científica, ágíl e independiente.La Asociación Nacional de Médicos Forenses, consciente de ello, es la primera en adoptar una actitud eminentemente crítica con las funciones de los médicos forenses, y pretende actualizar el cuerpo, dotándolo de los elementos precisos para ello y una nueva estructura adecuada a nuestros tiempos, partiendo de la premisa de que el forense no es sólo el médico de los muertos, sino el asesor en materia médica del juez, y su colaborador en la investigación de los delitos.

El hecho de que el cuerpo nacional de médicos forenses cuente con más de 100 años de existencia ya habla de su necesidad y de los logros alcanzados a través de su pericia, pero, por eso mismo, su largo trayecto, se plantea la necesidad de actualizar el cuerpo. Por todo ello, la asociación ole forenses ha estructurado una moderna distribución funcional, a través de varios puntos que creemos imprescindibles.

Institutos provinciales

En primer lugar, y como punto de partida para la modernización, se precisa la creación de institutos de medicina forense provinciales, los que constarían de dos servicios: institutos anatómico-forenses y clínicas médico-forenses. En el primero se realizarían todas las autopsias judiciales correspondientes a las audiencias provinciales, dotando a estos institutos de todos los elementos y especialistas necesarios. Ello supondría que se dejara de practicar las autopsias en el medio rural, las que se realizan en su mayoría sin medios tan elementales como son la luz y el agua, sin ayudantes y sin los mínimos medios higiénicos, y protegidos en más de una ocasión los forenses por la Guardia Civil de la actitud violenta de familiares y amigos del muerto que pretenden evitar la necropsia al interpretar que ella es una falta de respeto y consideración hacia el muerto. Hay que concienciar a la Administración de justicia en general de la necesidad inaplazable de trasladar todos los muertos judiciales a los institutos anatómico-forenses de la provincia.

Existe, por supuesto, el problema ¡de los gastos económicos que genera el traslado de los cadáveres razón por la aue creemos imprescindible que los institutos de medicina forense cuenten con un parque móvil propio, pues no parece justo que la familia de la víctima sea la que corra con estos gastos, sobre todo cuando es por el interés de una buena justicia el que las autopsias se hagan con todo rigor Científico.

En las clínicas médico-forenses se llevarían a cabo los reconocimientos de los lesionados, víctimas de violaciones, algunos tipos de embarazo, supuestos enfermos mentales o incapaces, etcétera, ya que aunque algunos lesionados de escasa entidad o exploraciones no conflictivas desde el punto de vista médico forense pueden realizarse en los juzgados de instrucción, es cierto que un porcentaje de casos no despreciable requiere un estudio meticuloso, ordenado y especializado. Por ello, las clínicas médico-forenses deben contar con especialistas en distintas materias como ya existen en Barcelona y Madrid, pero sin que estas funciones especializadas hayan roto la dependencia con los correspondientes juzgados.

Este sistema ha permitido enriquecer la medicina forense, dotarla de agilidad y, sobre todo, de alto rigor científico. Pero la justicia no debe limitarse a estas dos capitales, sino extenderla a todo el país, pues lo contrario sería establecer justiciables de primera y de segunda, según donde habitasen, y ello debe terminar.

Medicina legal

En algunas circunstancias, y dada la penuria económica de las estructuras, los médicos forenses podrían aprovechar algunas instalaciones hospitalarias para la práctica de su pericia, pero sin que ello supusiese su vinculación a los centros. Es decir, los hospitales deben contar con servicios de medicina legal, servicios que no son superponibles a la medicina forense, pues tienen campos de actuación distintos, de tal manera que el servicio de medicina legal estaría para asesorar a todos los trabajadores sanitarios del hospital en materia legal y para impartir docencia. Pero precisamente cuando el hospital, sus servicios o alguno de sus médicos se ven demandados por mala praxis por los usuarios, es cuando entra el médico forense a través de un mandamiento judicial, y esto es fundamental que sea conocido por el denunciante, que existe y debe seguir existiendo un colectivo de médicos totalmente independiente, tanto jerárquica como funcionalmente, del hospital, pues si no, convertiría a éste en juez y parte, sin ninguna garantía de objetividad, profesionalidad e independencia para el justiciable.

Ello supone, por tanto, que el médico forense debe depender de la Administración de justicia, y nunca de la sanidad pública, pues su función viene determinada por una orden judicial como funcionario judicial, y cuya actuación no se ve en ningún momento presionada por ninguna de las partes en litigio, pues no es lo mismo depender del juez que depender del delegado, consejero o asesor sanitario, o incluso de los directores de los hospitales, los que evidentemente y de alguna manera presionarían al forense.

Es, por tanto, necesaria la independencia del médico forense, pues su pericia es múltiple y a veces conflictiva con la política sanitaria, necesitando la sociedad de esta independencia en problemas tan trascendentes como es el ya referido de las denuncias por mala praxis, cada día más numerosas, haciendo el usuario un legítimo ejercicio de uno de sus derechos más inalienables.

Órganos para trasplantes

Existen también los problemas de la obtención de órganos para trasplantes, en los que la intervención del forense es importante; del control de los ingresos de los enfermos mentales en los centros psiquiátricos, la valoración de las lesiones, y de las incapacidades de cualquier tipo, incluidas las laborales, siendo esta última recientemente resaltada en la mesa redonda que celebró la asociación de forenses en el Colegio de Médicos de Madrid sobre problemas médicoforenses que plantea la traumatología actual, y en la que los magistrados de trabajo que asistieron a ella expresaron sin lugar a dudas la necesidad sentida por ellos de que el médico forense intervenga ante estas magistraturas, lo que mejoraría notablemente la justicia laboral.

También se pretende que los médicos forenses tengan dos tipos de dedicación, una plena y otra compatible, sobre todo algún tipo de especialistas forenses, ya que la OMS considera que un médico sin ejercicio al cabo de cuatro años se encuentra totalmente desactualizado, y no es bueno que el médico forense "pierda el pulso a la enfermedad".

Todos estos aspectos están siendo pormenorizados y minuciosamente estudiados en el Libro Blanco de la medicina forense que próximamente sacará a la luz la Asociación Nacional de Médicos Forenses.

es doctor y presidente de la Asociación Nacional de Médicos Forenses.

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