Una decisión vital

La disponibilidad de métodos anticonceptivos y la información y asesoramiento sobre su utilización son elementos esenciales para reducir el crecimiento de la población mundial, uno de los problemas que más preocupa a los Gobiernos de los distintos países, tanto desarrollados como del llamado Tercer Mundo. En la Conferencia Internacional sobre Población, que se celebró en 1984 en México, se puso de manifiesto, según los datos del Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población, que alrededor de 270 millones de personas utilizan algún método anticonceptivo -dos tercios de ellas viven en países desarrollados-, siendo la esterilización el método más extendido, seguido por los anovulatorios.La esterilización -tanto masculina como femenina- es, paradójicamente, uno de los métodos más desconocidos en España, persistiendo con esta falta de información algunos tabúes, como el que relaciona la vasectomía -esterilización masculina- con una pérdida de virilidad que conduce a la impotencia.

Esta situación, sin duda, se da porque la esterilización ha estado prohibida en nuestro país hasta hace poco más de año y medio. Su despenalización, con la ley de reforma del Código Penal del 25 de junio de 1983, no estuvo acompañada de una campaña informativa, por lo que muchas mujeres han continuado viajando a Londres y Holanda para poder hacerse una ligadura de trompas.

Tanto la vasectomía como la ligadura de trompas se realizan mediante dos pequeñas operaciones. Únicamente plantean el problema de que no son fácilmente reversibles -en la vasectornía se ha conseguido en alguna ocasión, pero son casos excepcionales-, por lo que antes de someterse a ellas hay que estar firmemente convencido de que no se desean tener hijos.

La vasectomía consiste, en síntesis, en cortar y ligar posteriormente los dos conductos que llevan los espermatozoides desde los testículos hasta la próstata, evitando así la presencia de los espermatozoides en el semen. En la esterilización femenina se obstruye el paso del óvulo hacia el útero cortando y ligando las trompas de Falopio, que son los conductos que unen éste con los ovarios. Tanto una operación como otra no tienen por qué presentar ningún tipo de complicaciones.

La vasectomía es más fácil de realizar que la ligadura de trompas. No se tarda normalmente más de 15-30 minutos, se realiza con anestesia local y sin necesidad de que el paciente quede ingresado en la clínica. Se ha demostrado que la vasectomía no modifica el comportamiento sexual del hombre.

ESCASO RIESGO

Muchos especialistas consideran la vasectomía el sistema preferido por la pareja, por su escaso riesgo quirúrgico -la ligadura de trompas se realiza con anestesia general-, reducido coste, gran efectividad y mínimas complicaciones. En el último decenio, en Estados Unidos y Reino Unido la tasa de vasectomías asciende a más de 500.000 por año.