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Actitud moderada de los contestatarios del PC francés durante el congreso del partido

Soledad Gallego-Díaz

El pequeño sector contestatario del Partido Comunista Francés (PCF) ha optado por expresarse con una gran moderación en los debates del 25º congreso, que se desarrollan estos días en Saint Ouen. El portavoz más destacado de los críticos, Pierre Juquin, miembro del buró político y el comité central saliente, intervino ayer para defender muy discretamente sus tesis sobre la necesidad de un "PCF renovado".Juquin advirtió, para comenzar, que respetará las decisiones mayoritarias del congreso y que no pretendía alentar la oposición a los líderes del partido. Su discurso, largamente esperado, fue acogido con aplausos por un sector de los delegados, mientras que en la tribuna presidencial el secretario general, Georges Marchais, permanecía inmóvil.

Pierre Juquin insinuó que la práctica del centralismo democrático por el que se rige el PCF, debía evolucionar y expresó su confianza en que no se ahogue el debate en el seno del partido. Echando mano de sobreentendidos y alegorías, el portavoz de los críticos reiteró que existía una cierta responsabilidad de los dirigentes en la actual crisis de los movimientos populares y en los fracasos electorales del PCF.

"Si nada depende de nosotros", dijo, interpretando una frase del discurso inaugural de Marchais, "¿de qué servimos?".

El tono pacificador y moderado de los contestatarios había resultado ya evidente en dos intervenciones anteriores, las de la representante de la Federación de Haute-Vienne, que había votado en contra del proyecto de resolución del comité central, y la de Felix Damette, miembro de dicho comité, que se abstuvo.

Damette fue un poco más agresivo, afirmando que la dirección realizaba análisis erróneos de la sociedad francesa y que era absurdo explicar el fracaso de los comunistas con el pretexto de que "el pueblo no nos entiende". La intervención de este crítico provocó un pequeño debate en la sala, en el que la mayoría de los oradores defendió ardorosamente la línea de Marchais.

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