El Gobierno, sorprendido por la identidad de alguno de los implicados en la evasión

El Gobierno comenzó la operación para desarticular la supuesta red de evasión de capitales pensando que simplemente afectaba a cualificados miembros de la carrera diplomática, pero quedó sorprendido por las primeras declaraciones de Francisco Javier Palazón, que implicaban al catedrático Eduardo García de Enterría, a la princesa Teresa de Baviera y al conde de Gamazo, entre otros. La extensión de la lista de supuestos implicados y la personalidad de algunos de los inculpados causaron sorpresa entre los miembros del Ejecutivo. Ayer dimitieron dos directores generales del Ministerio de Asuntos Exteriores por su presunta relación con el caso.

Los policías que han llevado el peso de la investigación pertenecen a la Brigada de Delitos Monetarios, dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial, pero adscrita al servicio ejecutivo de la Comisión de Control de Cambios del Banco de España, cuyo titular es Emilio Rodríguez Román, militar de carrera, que fue gobernador civil de Guipúzcoa en el franquismo y director general de Seguridad en 1976. El Banco de España es un organismo autónomo de la Administración del Estado, que depende orgánicamente del Ministerio de Economía y Hacienda. Para el titular de este departamento, Miguel Boyer, ésta es la principal red de evasión de divisas descubierta hasta el momento.Según las estimaciones de medios policiales y judiciales, el dinero que ha sido sacado supuestamente de España por este conducto se cifra en unos 3.000 millones de pesetas. Fuentes parlamentarias suizas calculan que el total de los fondos evadidos desde España alcanza dos billones de pesetas.

Los directores generales relevados son José Luis Pardos y Salvador Bermúdez de Castro, máximos responsables en el equipo del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, en la Oficina de Cooperación Técnica Internacional y en la Oficina de Cooperación con Guinea Ecuatorial, respectivamente, y que sonaban para ocupar próximamente los puestos de embajadores en Viena y la representación en Washington ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los implicados en el caso son fundamentalmente diplomáticos o personas relacionadas con la carrera diplomática, como Salvador Bermúdez de Castro, Adolfo Martín Gamero, José Luis Pardos y Joaquín Castillo. Pero también figuran otras personas relacionadas con la aristocracia, como la condesa de Teba y Miriam Figueroa.

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