Tesoros muy particulares
J. V. Una diadema de brillantes, valorada en unos 50 millones de pesetas, es la pieza más valiosa de las joyas recuperadas hasta el momento por la policía, que ayer fueron expuestas a los medios informativos en el salón Canalejas del caserón gubernativo de la Puerta del Sol. Otras piezas relevantes son tres medallas: una Laureada de San Fernando, una Gran Cruz de Isabel la Católica y una Gran Cruz del Mérito Civil. En el capítulo de curiosidades hay que citar una prótesis dental de oro, unas tijeritas de platino y un tubito de cristal repleto de peqeñas perlas.
Sin embargo, la mayoría de los objetos recuperados avala la tesis de que la maleta incautada a Jose Luis Camacho contenía las piezas que en el mercado negro sólo se pueden vender como oro para fundir o piedras sueltas. La práctica totalidad de lo expuesto ayer son cadenas y medallas religiosas, monedas, relojes, pulseras, encendedores, broches y anillos, todas ellas del metal citado. Algunos collares de perlas y un lingote de oro de 100 gramos de peso son algunos otros de los objetos que contenía la maleta enterrada.
El asalto al Banesto, como el robo en la Navidad de 1982 al Banco de Andalucía, de Marbella, ha sacado a la luz uno de los universos más privados: el de las cajas de seguridad. La preocupación de los damnificados por la posibilidad de que sus nombres lleguen a conocerse, el hecho de que sean las mujeres quienes denuncien, la tardanza en efectuar las denuncias e incluso la ausencia de ellas, las dudas sobre el contenido real de las cajas, son comunes a ambos casos.
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