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Los partidarios de Garaikoetxea en Guipúzcoa emprenden la lucha por el dominio en el PNV

La abrumadora victoria cosechada en la madrugada de ayer en Zarauz por el sector nacionalista identificado con Carlos Garaikoetxea marca el inicio de la lucha por el control del partido y reabre las interrogantes sobre la personalidad ideológica y el alcance de esta tendencia que ha acaparado la totalidad de los cargos de representación interna del PNV en Guipúzcoa. Los partidarios del anterior lendakari se han propuesto el objetivo prioritario de reincorporar al partido a la militancia navarra, expulsada por la dirección del PNV en junio del pasado año.

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La primera consecuencia importante de la nueva situación creada en Guipúzcoa se producirá el miércoles, cuando se reúna el Consejo Nacional del partido para elegir al nuevo presidente del PNV. Quien hasta ahora ocupaba el cargo, Román Sudupe, fue derrotado -180 votos contra 30- en la elección de los dirigentes de Guipúzcoa, provincia a la que representaba en el Consejo Nacional. Al no formar parte ya, por tanto, de ese órgano, no podrá continuar siendo su presidente. El miércoles deberá ser sustituido por otro afiliado que, según todos los consultados, será Jesús Insausti, de la línea oficialista. En la votación participarán 15 representantes por cada una de las cuatro provincias -Navarra, Guipúzcoa, Álava y Vizcaya-, y sólo los guipuzcoanos pertenecen al sector de Garaikoetea.La batalla en el partido se recrudeció después de que el sector oficialista, encabezado por Sudupe, forzase la dimisión de Garaikoetxea como presidente del Gobierno vasco, a finales de 1984. A su vez, esa polémica fue debida a las divergentes interpretaciones de la ley de Territorios Históricos, que reparte las competencias entre el Ejecutivo autónomo y las diputaciones vascas.

La tendencia de Garaikoetxea parece haber asumido el papel de renovar unos estatutos del partido que hicieron posible el cese del anterior lendakari sin reflejar fielmente -debido a los criterios de representación de los militantes por municipios- la voluntad de las bases. Así, la militancia alavesa se ha alineado mayoritariamente con Garaikoetxea, pero sus representantes en los órganos de decisión sustentan las tesis que provocaron el cese del lendakari.

Ninguno de los dos sectores cree oportuno en estos momentos la celebración de un congreso que probablemente les obligaría a definirse en términos ideológicos.

Tras el cierre del proceso para desarrollar el Estatutuo de autonomía, el PNV se verá obligado asimismo a adaptar y a redefinir su proyecto de autogobierno para Euskadi. José Antonio Ardanza, que sustituyó a Garaikoetxea como presidente vasco, ha dicho que la independencia, entendida en un sentido convencional como la separación territorial, política y económica, no tiene sentido alguno en estos momentos.

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Ayer mismo, el diputado socialista Enrique Múgica señalaba en una entrevista en El Diario Vasco de San Sebastián la necesidad de crear un bloque histórico entre el PSOE, como expresión de la clase trabajadora, "las nacionalidades históricas" y la intelectualidad progresista, como instrumentos de modernización de España.

Por su parte, Xabier Arzallus, que apoya a Sudupe, manifestaba en Deia que el pacto depende también de los resultados de las próximas elecciones: "De que el PSOE saque de nuevo la mayoría absoluta o no, de que finalmente cuaje o no una importante operación de centro, de que Fraga rompa o no su presunto y famoso techo electoral". ( ... ). Hay quien propugna la llamada nueva mayoría, compuesta por el PSOE, con o sin mayoría absoluta, el PNV y CiU. Y quienes siguen insistiendo en la mayoría natural o agrupación de todos los partidos no socialistas".

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