John Palmer, acusado de ser el 'cerebro' del robo del siglo en Londres, descansa con su familia en Tenerife
John Palmer, un importante joyero inglés de 34 años que reside habitualmente, en Bristol, se vio sorprendido el pasado martes al recibir una llamada telefónica urgente en un hotel de cuatro estrellas de Playa de las Américas, localidad turística del sur de Tenerife, donde disfruta desde el jueves de la semana anterior unas vacaciones familiares. El mensaje era escueto: la policía ha entrado en casa para registrarla. Con esta llamada, Palmer supo que se le acusaba de ser el cerebro del llamado robo del siglo, cometido en diciembre de 1983 en una empresa de seguridad, la Brinks Mat, situada cerca del aeropuerto de Heathrow (Londres), donde cuatro Individuos encapuchados se hicieron con un botín de 26 millones de libras en oro, diamantes y platino (unos 5.000 millones de pesetas). Palmer había sido amenazado de muerte por teléfono una semana antes de viajar con su familia a Tenerife .
Seis personas se han visto implicadas en este caso durante los últimos días, a raíz de la muerte por arma blanca del famoso policía espía de Scotland Yard, miembro de la rama Flying Squad, John Fordham. Fue asesinado pocos días antes de se descubierta toda la trama del robo y conseguir una orden judicial de registro de una casa perteneciente a un famoso delincuente británico, a quien se le había vigilado por otras razones desde hace seis años. Tras la muerte de Fordham, un hombre clave en el espionaje criminal de Scotland Yard, la policía reaccionó duramente y procedió a la detención de todos los sospechosos. En los últimos días, la zona de Londres, Bath, Bristol y Swindon fue peinada por las fuerzas de seguridad del Estado. Un pueblo de Bristol, Litton, llegó a estar cercado para detener a los posibles inculpados.El joyero inglés Palmer negó ayer a un grupo de periodistas ingleses y al periódico EL PAIS, durante una improvisada conferencia de prensa en una cafetería de Playa de las Américas, su implicación en el caso. Vestía deportivamente, y se dejó fotografiar junto a su esposa, Mornie, y su pequeña hija de seis meses, Sarah. Palmer se encuentra en Tenerife acompañado, además, de su hermano Mark, de 36 años, y de su otra hija, Ella, de siete años.
"No tengo nada que ver con esteasunto, jamás he estado en la cárcel y sólo he tenido que pagar multas de tráfico como única infracción de la ley", indicó.
Dijo que la Prensa local de Bristol, donde tiene su casa, ha organizado una campaña de desprestigio contra su persona, implicándole en el incendio de una empresa de muebles que poseía hace algún tiempo. Se mostró serio y sólo sonrió cuando dijo que en Tenerife había gozado buenas horas de sol, si bien anunció que espera regresar al Reino Unido en la fecha prevista, el día 15 de febrero, después de hablar con su abogado.
Criticó la actitud de la policía de su país, que, según dijo, ha destrozado su casa, por lo que pedirá daños y perjuicios. Sus tiendas de joyería, situadas en Bristol, Bath y Cardiff, se encuentran cerradas hasta su regreso. Palmer se mostró dispuesto a recibir a la policía británica en Tenerife, y anunció que le han comunicado por teléfono tal posibilidad. Al parecer, dos miembros del C11, cuerpo especializado en investigación criminal de Scotland Yard, podrán viajar a la isla en los próximos días para interrogarle.
Han sido detenidas hasta el momento en relación con este robo y asesinato Garth Chappell, James Harvey, Lee Groves, Terence Patch, Thomas Adams, Matteo Constantino, Kennethe Noye y su esposa, Brenda, en cuya casa fue encontrado muerto el policía Fordham. Respecto al primero, socio y amigo de Palmer, con quien creó la sociedad anónima Scadlynn Ltd. (dedicada a la comercialización del oro, ya disuelta), dijo que dudaba que estuviera relacionado con ningún delito.
Fundían oro
Hace diez años conoció a Garth Chappell, de quien ha dicho que continúa siendo un gran amigo, a pesar de haber roto las relaciones como socios.
En la casa de Palmer, en Battlefle1ds, cerca de Bath, al oeste de Gran Bretaña, fue descubierta una planta para fundir oro que estaba camuflada. El joyero. ha señalado ahora que está oculta por razones de seguridad. Los vecinos de su lujosa mansión, un antiguo edificio del siglo XVII, han indicado que a menudo se percibían ruidos de dicha planta, debido a que se trabajaba en la misma a altas horas.
Chappell acostumbraba fundir el oro en casa de Palmer. Con frecuencia se registraba la presencia en horas nocturnas de camiones cargados de oro que depositaban el preciado material en dicho horno. El inmueble está dotado de un sofisticado equipo electrónico de seguridad, que había reforzado recientemente con el acoplamiento al teléfono de la vivienda de un aparato para detectar llamadas anónimas.
La casa, que fue adquirida hace tres años, le costó 150.000 libras, (unos 30 millones de pesetas) y se calcula que los daños ocasionados por el reciente registro de la policía ascienden a dos millones de pesetas.
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