Dimite la ministra jordana de Información, en defensa de la libertad de prensa

La ministra de Información de Jordania, Leila Sharaf, dimitió el lunes de su cargo en defensa de la libertad de prensa poco después de que el rey Hussein hiciese pública una carta en la que le reprocha implícitamente su gestión. Sharaf, de 44 años de edad, entregó al primer ministro, Ahmad Obeidat, una larga misiva escrita a mano en la que justifica su renuncia por las "tendencias oficiales" que ponen de relieve una "creciente hostilidad hacia la libertad de expresión e incluso hacia la mera información".

La ministra inicia su carta de dimisión recordando que, cuando hace un año, tomó posesión, prometió a los periodistas de Jordania que "renunciaría al puesto el día en que deje de ser capaz de defender la libre circulación de las ideas". Insiste, además, en que aceptó formar parte del Gabinete porque creía en "la libertad de expresión y de prensa siempre y cuando no ponga en peligro la seguridad y estabilidad del país".

Tras arremeter contra la "intolerancia" del poder que incita a los ciudadanos a escuchar "los órganos de propaganda enemigos" -alusión a los programas en árabe procedentes de Israel-, Sharaf denuncia "la carencia de una política de información que tenga, efectos positivos sobre la prensa local".

Artífice de una política liberal en materia de información, la ministra dimisionaria, viuda del fallecido jefe del Gobierno Abdel Hamid Sharaf, fue indirectamente criticada por el monarca hachemita en un mensaje que envió el domingo a su primer ministro, pidiéndole que advirtiese a la Prensa que no publique críticas de las tradiciones tribales. Nada más presentar su dimisión, Sharaf, cuyo difunto marido era primo del soberano, salió del Reino en avión.

Durante el año que permaneció en el cargo, Sharaf, aprovechando el restablecimiento en Jordania de una tímida vida parlamentaria, puso término al constante intervencionismo gubernamental.