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González niega haber negociado el retraso de las elecciones gallegas y que intente evitar el referéndum sobre la OTAN

El presidente del Gobierno, Felipe González, desmintió ayer tajantemente que haya mantenido conversaciones con la Coalición Popular sobre el retraso de las elecciones gallegas. Tal retraso, en función del calendario político y los imperativos legales, podría impedir celebrar el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN en el momento anunciado por el propio presidente, febrero de 1986. El vicesecretario general del PCE, Enrique Curiel, dijo ayer que su partido tiene noticias de que ha habido "contactos, amagos, sugerencias, guiños..." para llegar a un acuerdo político entre AP y el PSOE que impidiese el referéndum.

González respondió con un rotundo "jamás" a la supuesta existencia de las conversaciones con el presidente de AP, Manuel Fraga, sobre el retraso de las elecciones gallegas, versión que atribuyó a alguna persona malintencionada. El presidente subrayó, en unas declaraciones a la Prensa cuando acompañaba al presidente italiano Sandro Pertini durante su estancia en Madrid, que si se van a retrasar las elecciones gallegas "es evidente que también se pueden retrasar las demás"."No sé a qué responde el retraso, no me he enterado hasta que lo he oído en los medios de comunicación", añadió González, quien descartó que vaya a hablar del asunto con el presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor, en la entrevista que mantendrán hoy por la tarde en Madrid.

El PCE convocó para ayer una conferencia de prensa a fin de expresar sus temores de que el Gobierno y la oposición conservadora estén preparando una operación tenaza que impida la celebración del referéndum trastocando las fechas de las elecciones gallegas y andaluzas, previstas estas últimas para la primavera de 1986. El principal problema es que no puede celebrarse un referéndum tres meses antes o tres meses después de unas elecciones.

"O el presidente no tenía un dictamen jurídico cuando anunció el referéndum para febrero de 1986, lo cual no creo, o voluntariamente señaló una fecha imposible", dijo Curiel. La explicación del PCE es que forzosamente las elecciones gallegas deben celebrarse entre el 14 y el 20 de diciembre próximo, porque deben transcurrir 55 días entre la expiración del mandato del Parlamento actual y las elecciones, y como la Xunta gallega no puede disolver el Parlamento anticipadamente, no hay otra fecha de expiración de ese mandato que el cuarto aniversario de los anteriores comicios de Galicia, esto es, el 20 de octubre.

.La misma situación se da respecto a Andalucía, cuyo Parlamento quedará disuelto el 23 de mayo de 1986, lo que obliga a que las elecciones se celebren entre el 17 y el 20 de julio siguiente. Según los cálculos del PCE, queda un plazo situado entre el 14 o el 20 de marzo y el 17 o el 20 de abril para celebrar el referéndum.

"El PCE", dijo Curiel, "teme que pueda cambiarse el proyecto de ley electoral para ampliar el plazo de 55 días entre convocatoria y celebración de elecciones, o bien que se aprueben en Galicia o Andalucía leyes electorales propias que permitan otros cambios en el calendario". Especialmente en Andalucía el PSOE, según los comunistas, podría hacer aprobar una norma electoral autonómica que permitiese adelantar los comicios en esta comunidad. Cualquiera de estas maniobras legales permitiría dejar sin plazo material la celebración del referéndum. A la vista de ello, el PCE ha presentado un proyecto de resolución en el Congreso para que el Gobierno se comprometa a celebrar el referéndum antes del 20 de julio próximo.

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