El Ciclo de Polifonía estrena en Madrid el 'Te Deum de Dettingen', de Haendel

El Ciclo de Polifonía y Música de Cámara ofrece esta tarde, en el Teatro Real, el estreno en Madrid del Te Deum de Dettingen, de Haendel. Este ciclo está dedicado a los tres compositores que centran el Año Europeo de la Música: Bach, Haendel y Scarlatti. El concierto será dirigido por el maestro Luis Izquierdo, y en él intervienen la Academia Matritense (grupo instrumental) y la Coral Andra Mari, de Rentería, que dirige José Luis Ansorena. Esta agrupación guipuzcoana organiza desde hace años la Semana de Música de Rentería -Musikaste-, que dispone de uno de los mejores archivos musicales del Estado, el llamado Eresbil.En el concierto se podrá escuchar la famosa Suite en re, de Bach, la de la célebre aria, cinco sonatas en forma de suite para cuerda, realización de Ettore Bonelli en base a sonatas de Domenico Scarlatti, y un importante estreno en Madrid, el Te Deum de Dettingen, de Haendel, en el que, además del coro y de la orquesta, se cuenta con la colaboración solista del barítono Henry Herford.

En la avalancha de grandes producciones sinfónico-corales que hemos disfrutado/padecido en los conciertos de los últimos años, es verdaderamente extraño que Madrid no conozca todavía una obra tan importante como el Dettingen Te Deum, que Haendel escribió para conmemorar la victoria de los ingleses sobre el ejército francés el 27 de junio de 1743 cerca de Dettingen, sobre el río Maine, durante la guerra de sucesión de Austria.

Durante aquella batalla, inesperadamente victoriosa para los británicos, el rey Jorge II mostró un valor temerario que le granjeó la confianza y simpatía de sus tropas y del pueblo. Y para celebrar el acontecimiento, el rey encargó a Haendel un Te Deum, escrito aquel mismo verano y que se estrenó en la capilla real londinense el 27 de noviembre de 1743. Estaba entonces el gran músico en el apogeo de su gloria, pues tras su estreno en Dublín, presentó su Mesias ese mismo año en el Covent Garden (23 de marzo). Fue en aquel concierto cuando Jorge II instaurá la costumbre de ponerse en pie durante el Aleluya.

El Te Deum que hoy conocerá Madrid es obra de gran belleza, cuyo majestuoso enípaque y digniad emparenta con el mejor Haendel del Mesías.