Atentado en Sidón contra Mustafá Saad, influyente personalidad nasserista de Líbano

Apenas iniciada la primera etapa de la retirada del Ejército israelí del sur de Líbano, las diversas fuerzas locales empezaron a ajustar cuentas con un espectacular atentado ante el domicilio de Mustafá Saad, influyente personalidad nasserista de Sidón, capital meridional del país.A media tarde de ayer estalló un coche repleto de explosivos ante la casa de Saad, líder del Movimiento Nacional Nasserista, hiriéndole gravemente en la cabeza y los ojos. Otras 40 personas, incluidas su mujer, sufrieron también heridas, y sus dos hijos, de 11 y 12 años de edad, resultaron muertos a consecuencia de la explosión.

El padre de Mustafá Saad, Maruf Saad, fue mortalmente herido por los disparos, en febrero de 1975, de soldados del Ejército regular que reprimían una manifestación antigubernamental que, para varios historiadores, marcó el inicio de la guerra civil libanesa, formalmente desencadenada el 13 de abril de ese mismo año.

Saad, de 34 años de edad, fue ingresado en el hospital de Hammud, donde los médicos estimaron que la gravedad de su estado requería su inmediato traslado en helicóptero al hospital americano de Beirut, el mejor del país.

Mientras fuerzas israelíes aún presentes en Sidón rodeaban inmediatamente el edificio, ahora parcialmente desplomado, donde vivía Saad, numerosos vecinos de la ciudad se echaron a la calle para concentrarse después ante el establecimiento hospitalario.

En sus últimas declaraciones a la Prensa, efectuadas horas antes del atentado, Saad expresaba "el temor de que los israelíes fomentasen disturbios confesionales tras su evacuación para provocar un éxodo masivo de la población cristiana de la región hacia el Sur, a lo largo de una franja de territorio fronterizo con Israel, donde les servirán de escudo".

"Todos aquellos", proseguía, "que han venido hasta aquí a la sombra de los cañones de las tropas de ocupación" (falangistas y mercenarios del Ejército de liberación del Sur, milicia proisraelí) "deben marcharse, pero todos los demás cristianos se pueden quedar a condición de rechazar los planes israelíes".

"Si no lo hacen, las consecuencias serán terribles para todos nosotros".