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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Una agresión prolongada

Obligada referencia para la reflexión que pretende este trabajo es el significado del 30º Congreso del PSOE. Al consagrar una determinada acción de gobierno, consagran una opción estratégica de partido, tanto en lo ideológico como en lo político y en lo económico. La mayoría del PSOE se alinea ideológicamente -y también militarmente- con el capitalismo y el imperialismo; políticamente, con la burguesía; económicamente, con el tratamiento liberal-conservador de la crisis.Interesa retener este dato para adentrarse en la perspectiva que se les abre a los trabajadores y al movimiento obrero revolucionario de nuestro país, una vez que ya no pueden contar, ni siquiera teóricamente, con el concurso de la mayoría del PSOE para la defensa, respectivamente, de sus intereses como clase y de sus objetivos de transformación.

Un futuro preocupante

Desde este hecho, y con los demás datos que proporciona el análisis de la situación española, el futuro a corto y medio plazo sería, tendencialmente:

1. A causa del período electoral en el que entramos -y tras la experiencia de unas formas en el ajuste económico que han supuesto costes adicionales de descrédito para el Gobierno y su partido-, el ataque al salario diferido de los trabajadores en 1985 -al directo ya está hecho con el AES-, a efectuar con la contrarreforma de la Seguridad Social, será gradual, no de golpe. Pero se seguirá dando en este y los años siguientes.

2. La mal llamada reconversión industrial seguirá su evolución descentralizadamente para aislar, compartimentándola, la protesta obrera y popular y para intentar hacer ineficaz su resistencia.

3. Continuará el proceso de segmentación y desmembración del mercado de trabajo, de disminución de las grandes concentraciones obreras -sobre todo en el sector industrial-, de desarrollo de la economía sumergida y de aumento de la contratación eventual.

4. Seguirá fomentándose la dis minución del sector público de la economía y su subordinación a los intereses del capital privado.

5. Continuará la mejora de los beneficios empresariales y la succión de parte de la acumulación correspondiente en favor de la financiación tanto de los gastos militares de EE UU como de las inversiones de este país en su lucha por la hegemonía incompartida en el control e instalación de las nuevas tecnologías.

6. Seguirá creciendo el paro real, si bien la proliferación de las formas precarias de contratación podrán, estadísticamente, disimular un poco la magnitud de ese aumento del paro real.

7. Seguirá alimentándose la discriminación y división sindical.

8. Seguirán produciéndose, pese a todo, fuertes luchas por parte de los trabajadores y otras capas populares, que contribuirán directamente a conseguir reivindicaciones parciales, a impedir la profundización de algunos de los ataques que sufren y a erosionar la política del Gobierno.

9. El PSOE volverá a ganar las elecciones, posiblemente sólo con mayoría relativa. Queda por saber si la bisagra que le permita gobernar con mayoría se la darán las fuerzas de centro o habrá pactos puntuales con la derecha. La hipótesis de que ejerza de bisagra esa extraña nueva izquierda convergente para la que trabajan algunos es muy remota, no tanto por remilgos de esta convergencia para tocar poder bajo la férula del PSOE como por lo poco probable de que tan incongruente iniciativa cuaje.

10. La derecha oficial seguirá presionando para que se manten ga y acentúe la práctica de su política desde el Gobierno.

11. Se irá decantando una alternativa al PSOE desde la derecha, desposeída de imágenes tremendistas. Es también probable que, incluso sin esperar a 1990, cuando el PSOE tenga bastante culminado su trabajo de saneamiento del capitalismo hispano, esa derecha intente ganar las elecciones.

Abrevio en estos 11 puntos parte de lo que, sin mayor argumentación por razones de espacio, considero que tendencialmente, repito, los datos disponibles apuntan a que acontezca. En resumen, continuará la agresión a los trabajadores en todos los planos, continuará la crisis y continuará el paro.

Este panorama tiene al menos una virtualidad: la de saber a qué atenerse y permitir esbozar una estrategia y una táctica frente a todo ello. Otra cosa es que ese esbozo sea acertado, cosa que sólo el tiempo permitirá comprobar, en el supuesto, claro es, de que se asuma por las organizaciones de la izquierda que llamamos real para distinguirlas de las que, aun considerándose de izquierda, no actúan como tales. En todo caso, sobre la parcela en la que uno puede influir la línea de actuación, muy esquemáticamente expuesta, sería:

1. Oposición sin paliativos a la política del Gobierno y, obviamente, a las fuerzas que favorezcan y se beneficien de esta política; esto es, la derecha. Esto significa nítida diferenciación y, en coherencia, convencerse de que los pactos globales para el tratamiento progresista de la crisis no serán posibles, al menos, hasta que no se produzca un importante cambio en la relación de fuerzas.

2. Definición -hay bastante hecho- de una política alternativa, no de un programa alternativo de gobierno, pues carece de sentido a corto y medio plazo. Esa política alternativa debe concretar, entre otras cosas, las transformaciones necesarias en nuestra estructura económica, huyendo como de la peste del realismo de la mayoría del PSOE.

3. Tener claro que transformar esa política alternativa en medidas de gobierno en el futuro exige acabar con el bipartidismo, aunque sea imperfecto; potenciar el sindicalismo de clase y oponerse a la gubernamentalización de los sindicatos, Exige que los trabajadores y masas populares asuman no sólo que votar a la derecha es votar a sus agresores, sino que votar al PSOE, en tanto en su interior los sectores de izquierda no barran de su dirección al equipo hoy hegemónico, es votar a la derecha oficiosa.

4. Fortalecer y aplicar el principio de que oponerse a la política que se hace y abrir camino a la política alternativa que se propugna es un proceso que pasa inexorablemente por la movilización social. Partir de que ese proceso pasa, a su vez, por objetivos concretos y reivindicaciones concretas. El elemento capital es inscribirlas políticamente en una perspectiva general transformadora, pues a corto plazo una serie de esas movilizaciones no tendrá los resultados inmediatos que las hacen necesarias.

5. Acumular fuerzas a través de conquistas parciales; de las mil y una pequeñas y menos pequeñas reivindicaciones que a nivel laboral y social son posibles de conse guir si se las detecta y se lucha inteligentemente por ellas.

6. Paliar la influencia ideológica, en la que hoy tiene la derecha y sus servidores absoluta iniciativa. Eso pasa no sólo por mensajes claros, sino por medidas organizativas que favorezcan la formación de cuadros y la información directa a los trabajadores, buscando formas de relación que propicien su participación.

7. La organización de los trabajadores y el desarrollo del movimiento obrero en la situación presente exigen priorizar tareas. Queda mucha clase obrera por organizar, empezando por las grandes empresas. Hay grandes centros de trabajo en los servicios, vacíos de organización. En la medida en que se avance ahí, se irán liberando fuerzas para abordar seriamente la debilísima organización en las pyme y entre los parados. La clave para la acumulación de fuerzas está en el centro de trabajo.

Agresión a los trabajadores

Hay, en resumen, una tendencia clara a la continuidad en la agresión a los trabajadores.

Pero hay también no sólo necesidad, sino posibilidad de modificar esa tendencia. No va a ser fácil ni a corto plazo. Y hay que decirlo. Pero será imposible si no empezamos por rechazar el posibilismo como método de análisis y elaboración y retomamos con fuerza el análisis de clase; si no extraemos de una situación compleja los objetivos concretos y precisos por los que actuar; si no trabajamos algo menos para los trabajadores y mucho más con los trabajadores; si no rompemos inclinaciones hacia la institucionalización y el burocratismo (que se da a todos los niveles).

La izquierda, el movimiento obrero revolucionario, tiene ideas, personas e instrumentos para enfrentarse a la situación. Lo que les maniata es una buena dosis de desconfianza en sí mismos. Eso es lo primero que hay que recuperar para afrontar lo demás.

Julián Ariza Rico es secretario de Relaciones Políticas e Institucionales de la Confederación Sindical de CC OO.

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