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El ministro de Exteriores se reserva la designación de algunos cargos diplomáticos de rango intermedio

El ministro de Asuntos Exteriores se reservará directamente la designación de algunos cargos diplomáticos de rango intermedio que hasta el momento dependían de la Junta de la Carrera Diplomática. En concreto, Fernando Morán nombrará en los próximos meses a los diplomáticos que cubran las vacantes que se van a producir en los consulados generales que España mantiene en Nueva York y Buenos Aires, así como a los ministros consejeros (números dos) de las Embajadas en la ONU, OTAN, París y Washington.

Según fuentes del Ministerio español de Asuntos Exteriores, esta intervención del ministro en el nombramiento de algunos destinos no tendrá carácter excepcional, sino sistemático, repitiéndose en el futuro según se vayan produciendo nuevas vacantes de importancia.

La idea, según estas fuentes, es cubrir estos puestos por los mismos métodos con los que se cubren los de embajadores, ya que se considera que algunos consulados generales tienen tanto interés político o más que muchas embajadas. Lo mismo sucedería con los puestos de ministros consejeros de embajadas especialmente importantes, ya que -se alega- son ellos los inmediatos colaboradores de los embajadores y los que en ausencia de éstos han de actuar como encargados de negocios.

Será ésta la primera vez que el ministro se hace cargo sistemáticamente de las atribuciones que le concede el mecanismo de designación de puestos diplomáticos, que entró en funcionamiento en marzo de 1978. Este mecanismo, conocido por los diplomáticos como el bombo, consiste en que es la propia Junta de la Carrera Diplomática -en la que se encuentran representados los diversos grados del escalafón del cuerpo- la que elige quiénes han de cubrir las vacantes. Como criterio básico -y prácticamente único- se conserva el de la antigüedad, lo que crea, en opinión de algunos, bastantes disfuncionalidades, ya que no siempre los más veteranos son los más indicados para ocupar los puestos cotizados.

"Razones de seguridad"

El único precedente que existe sobre la decisión de Morán de intervenir en la designación de puestos diplomáticos de rango intermedio se dio durante el Gobierno de UCD, cuando, alegando "razones de seguridad", se sacaron del bombo todos los puestos para crear la representación diplomática ante la OTAN: desde el ministro consejero hasta el último secretario. En los relevos que se produjeron en esta embajada durante la permanencia de Morán en el ministerio los puestos que han ido quedando vacantes, por debajo del de ministro consejero, se han cubierto por el sistema del bombo, por considerarse que todos los funcionarios son "dignos de confianza".

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