El Gobierno aumenta en 60.000 millones las inversiones para equipar a la Marina
El nuevo Grupo de Combate de la Armada, que será operativo en 1987, tendrá cuatro fragatas FFG-7, y no cinco, como habían solicitado reiteradamente los principales mandos de la Armada. Inicialmente, el programa preveía la construcción de tres fragatas de ese tipo, y la Armada presionó, sobre todo en los últimos meses, para que se fabricaran dos más. El Gobierno, sin embargo, ha decidido que sólo se construya una cuarta. Esta ampliación del grupo encarece el proyecto en unos 60.000 millones de pesetas, precio estimado de cada fragata FFG, buque concebido especialmente para la lucha antisubmarina. Las fragatas se construyen en España bajo licencia de EE UU.
Los principales mandos de la Armada presionaron en las últimas semanas al Gobierno, a través de informes técnicos y de entrevistas personales con autoridades de la Administración, para que el Grupo de Combate tuviera las cinco fragatas, con el objeto de potenciar el control del Estrecho de Gibraltar, principal misión del grupo. El propio jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Guillermo Salas Cardenal, hizo llegar al Gobierno la necesidad de que se adoptara cuanto antes la decisión, para aprovechar la cadena de construcción realizada por la Empresa Nacional Bazán en El Ferrol.Varios de esos mandos de la Marina ya han reiterado en varias ocasiones al Gobierno que el Ejecutivo está recortando en exceso los programas de la Armada, pero fuentes gubernamentales aseguran que esos programas son "demasiado ambiciosos".
Repetidas discrepancias
Dentro de estas discrepancias, repetidas a lo largo de la última década, en 1978 el objetivo de fuerza de la Armada preveía la construcción de dos grupos de combate: uno para el Mediterráneo y otro para el Atlántico, pero finalmente el programa se redujo a un solo grupo. La Armada también propuso la adquisición de entre 10 y 16 helicópteros Lamps, pero sólo se han comprado seis. Igualmente, la Marina de Guerra pretende contar con uno o dos destructores de escuadra, proyecto que aún no cuenta con la aprobación del Gobierno.Cuando el PSOE se encontraba en la oposición, algunos dirigentes del partido expresaron su opinión de que la Armada española, dada la situación económica del país, no debía contar con una Marina oceánica, sino que debía estar dotada simplemente de pequeñas unidades rápidas para proteger el litoral. No obstante, el Gobierno socialista ha respetado prácticamente en su integridad el último programa de construcciones. En este sentido, cabe destacar que, tras la entrada de España en la OTAN, desde el propio seno de la Alianza se ha repetido que una de las principales aportaciones de España a la OTAN consiste en la capacidad de nuestro país en controlar el Estrecho de Gibraltar.
Pocas semanas del acceso de los socialistas al Gobierno, un alto cargo del departamento de Defensa llegó a comentar en privado que el actual Gobierno nunca hubiera aprobado la construcción de un Grupo de Combate como el que tendrá la Armada en 1987, pero que la situación con la que se encontraban, con varios buques ya en construcción, impedía una marcha atrás en el proyecto. Esta actitud contrasta ahora con el hecho de que el propio Gobierno socialista decida ampliar todavía más el mismo Grupo de Combate, dotándolo con una nueva fragata.
Fragatas antisubmarinas
Las FFG-7 se están construyendo en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán en El Ferrol, bajo licencia de EE UU. La primera de estas unidades, bautizada con el nombre de Santa María, fue botada a finales del pasado mes de octubre. El buque, según cifras de Bazán, cuesta 30.000 millones de pesetas, pero su acondicionamiento, especialmente en los sistemas de armas, eleva su precio a casi 60.000 millones de pesetas.La FFG-7 es uno de los barcos más avanzados para la guerra antisubmarina. Desplaza 3.600 toneladas y tiene 136 metros de eslora y 13,7 de manga. Entre el armamento que lleva, destacan 2 tubos lanzatorpedos triples y misiles Harpoon superficie/superficie y Standard superficie/aire.
Este tipo de fragatas están diseñadas para llevar a bordo helicópteros Lamps, de los que la Armada ha adquirido seis por valor de 30.000 millones de pesetas. El buque arrastra un sistema de detección de submarinos llamado Tactas que, en conexión automática con los sistemas que lleva el helicóptero, puede detectar y atacar a submarinos situados a más se 150 kilómetros del barco.
Las cuatro FFG del Grupo de Combate serán las principales unidades de protección del futuro buque insignia de la Armada.
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