Horario de colegio
Soy madre de dos niños alumnos del colegio público José Ortega y Gasset. El horario de dicho colegio durante el curso pasado era de 9 a 12 de la mañana y de 3 a 5 por la tarde. Pero a partir del día 22 del pasado mes de octubre se cambió dicho horario y pasó a ser de 9 a 12 y de 2 a 4.Ante las protestas de un número de padres, la dirección del colegio nos envió una encuesta a todos los padres para saber si estábamos de acuerdo o no con el nuevo horario, y ahora resulta de que, a pesar de que una mayoría dijimos sí al nuevo horario, nos encontramos con que el día 21 de diciembre (último día de clase de este trimestre), al salir los niños del colegio nos entregan una fotocopia de una carta que ha mandado el inspector señor Álvaro Buj Gimeno al director para que, a partir del próximo día 8 de enero, se vuelva al horario antiguo.
Al parecer, este señor aún nos se ha enterado que vivimos en una democracia y, por tanto, cuando se consulta a la gente, la mayoría es la que decide y la minoría tiene que acatarlo; pero en este caso ha sido al contrario, pues este señor Buj sólo ha tenido en cuenta 120 firmas que le llegaron en contra del nuevo horario.
Y sin preocuparse en absoluto si el horario favorecía o no a los niños, y por supuesto sin tener en cuenta al resto de los padres del colegio, cuyo censo exactamente lo forman 608 padres.
Por si el señor Buj no se ha parado a pensar las muchas ventajas del nuevo horario para los niños, le voy a enumerar unas pocas. Primero, los niños de comedor (que son más de 400) tienen una hora menos de frío y cansancio entre la jornada lectiva de la mañana y la de la tarde; segundo, se han organizado unas clases de inglés dentro del colegio, pero que se impartían de 4 a 5; ahora no sabemos lo que va a pasar con esas clases, lo mismo que con las de expresión corporal, que se impartían a la misma hora para los más pequeños; tercero, las actividades deportivas que se imparten en el colegio al terminar las clases ahora van a tener que durar menos tiempo, al salir más tarde y tener menos horas de luz solar.
Y por último, a mi hija aún le daba tiempo a ir a clase de solfeo y llegar a casa a las siete, con lo que tenían tiempo de jugar, hacer algo de deberes si tenían, cenar y acostarse pronto para al día siguiente abordar su jornada escolar descansados.
Yo le pediría al señor Bui que reflexione sobre estos puntos y, sobre todo, que recuerde que, según nuestra Constitución (a lo mejor es que no sabe que ya tenemos una Constitución), España es un país democrático-
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