El primer ministro Rajiv Gandhi garantiza seguridad a las minorías
El primer ministro indio, Rajiv Gandhi, ha advertido, en un intento de tranquilizar a la población ante la ola de rumores desatada en lo últimos días en la capital india, que el Gobierno no consentirá ninguna alteración del orden público y que los derechos de las minorías, principalmente de los sijs, serán garantizados.
La cuestión de la seguridad de las minorías se ha convertido en el tema principal de las intervenciones del candidato del Partido del Congreso (I) a la jefatura del Gobierno dos días antes del comienzo de la votación el próximo lunes. Los sucesos de noviembre tras el asesinato de Indira Gandhi, en los que centenares de sijs fueron asesinados, sus casas incendiadas y sus propiedades saqueadas, están aún frescos en la mente de la población, que teme una repetición de los hechos.Rajiv Gandhi salió al paso de estos rumores, según los cuales se podrían producir disturbios en varias ciudades del país durante la votaciones, con una afirmación categórica de que "en el futuro", ninguna violencia contra ninguna comunidad será tolerada".
En un mitin celebrado en la explanada situada frente al legendario "fuerte rojo" de Delhi, el primer ministro manifestó que "todo intento de provocar disturbios en nombre de la religión, el regionalismo o la lengua, será reprimido por la fuerza". El mitin, uno de los tres celebrados por el primer ministro en la capital india, congregó a unas 50.000 personas, cifra relativamente pequeña en comparación con la registrada en otras capitales, y que demuestra, según los comentaristas, que la población capitalina, compuesta principalmente por funcionarios, no alberga dudas sobre el resultado electoral.
Todas las predicciones publicadas hasta este momento por la prensa independiente india, apuntan hacia una victoria espectacular del actual primer ministro, un piloto de 40 años obligado por su madre a entrar en el ruedo político tras la trágica muerte de su hermano, Sanjay en un accidente aéreo.
Precisamente, Rajiv defiende en estas elecciones el escaño del distrito electoral de Amethi en el estado de Uttar Pradesh frente a su cuñada Maneka, viuda de Sanjay, en lo que la prensa india califica irónicamente de "riña familiar". Maneka, que ha realiza do una campaña electoral brillante y agresiva, pudo haber ga nado el escaño de no haberse producido el asesinato de Indira Gandhi, peró, como comentan los naturales del lugar, no es lo mismo luchar contra un diputado más que hacerlo contra el jefe del Gobierno. La posibilidad de conseguir ayuda para la ciu dad por parte del primer ministro ha hecho que en solo dos semanas se pronostique el triunfo de Rajiv en Amethi por más del 90% de los votos.
A pesar de los rumores sobre posibles disturbios, la campaña electoral discurre hasta ahora prácticamente sin incidentes graves para los niveles indios. El más serio lo ha protagonizado el dirigente del partido BJR de la oposición, Atal B. Vajpayee, que fue apaleado la semana pasada a la salida de un acto electoral y a partir de entonces se ve obligado a pronunciar sus discursos sentado en una silla. Curiosamente Vajpayee se presenta candidato por Gwalior frente a un joven príncipe, hijo del entonces maraja de Gwalior que precisamente le pagó una beca para poder cursar su carrera universitaria.
Las elecciones para cubrir 511 escaños de la Lok Sabha o cámara baja del Parlamento indio se inician el lunes en 16 estados y 9 territorios y continuarán el 27 en otros 4 estados, entre ellos los superpoblados de Uttar Pradiesh y Madhya Pradesh. El escrutinio no comenzará hasta el cierre de los colegios el día 29 en dos pequeños territorios donde se celebran ese día los comícios. Se espera que participen en las votaciones entre el 55 y el 60% de los cerca de 380 millones de indios con derecho a voto.
Además de Punjab y Assam, donde las elecciones han sido aplazadas hasta el próximo año a causa de su delicada situación interna, la junta electoral ha decidido retrasar hasta enero la votación en la circunscricíón de Bhopal, capital de Madhya Pradesh, escenario del accidente en la fábrica de la Union Carbide que costó la vida a más de 2.500 personas a principios de este mes. La decisión de la junta ha sido tomada porque la mayoría de los miles de personas que abandonaron la ciudad presas del pánico poco después de producirse el escape de gas no han regresado todavía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.