Ilegales de ley
Ilegales.Concierto (88 minutos). Sala Astoria, 20 de diciembre. Madrid.
"Soy un macarra, soy un hortera, me cago en David Bowie", vociferó el guitarra, cantante ideólogo del trío asturiano Ilegales. Jorge Martínez brilló desde el primer tema en los punteos junto a la batería y el bajo, firmes y duros, de David Alonso y Guillermo Vijande.
Ilegales es ese fenómeno cíclico que necesitaba el rock hispano, ese " renovarse o morir" que nunca lleva a la revolución, pero que llena tiempos fríos. El rock ha de ser provocación. Ilegales no excitan, incitan. Jorge Martínez contagia en sus interpretaciones no sólo de su carácter formado, sino también de su estado de ánimo imprescindible para hablar y actuar en rebeldía. Su espíritu actual refuerza esos modos del rock ya inventados y los repite puestos al día: grito y fuerza irónica, ritmo incansable, machacón. Ilegales quiere romper y respetar la técnica de sonido -qué solos más nítidos- y la posibilidad del virtuosismo. "Todos los pasodobles son una mierda sin excepción", exclamó el cantante y otro tema: Odio los pasadobles. Y más: Para siempre, Hombre blanco o Agotados de esperar elfin, título del segundo elepé del grupo, que es una prueba de que el estilo Police no pasa inadvertido.
¿Cuánto le durará la rabia a este rockero astur? Quizá logre resistir esos vientos sociales que establecen y frenan al individuo, tanto en su intención de que las cosas cambien en general, como en su inconformismo personal. Todas las canciones sonaron breves y medidas de menor ritmo y potencia a mayor. Enlazaron en la parte final el tema Heil Hitler, con Money, money, aquel éxito de Tommy James. Fue una versión en heavy, refinado y por un punteo que acabó agudo y salva e. Al volver interpretaron de nuevo Soy un macarra con esta presentación: "Se lo vamos a dedicar a nuestra casa de discos, que no cabe duda de que son unos macarras y unos horteras".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.