Varias de las más importantes reformas del reglamento taurino serán reconsideradas

"No se debe cargar sobre un solo estamento del espectáculo taurino la responsabilidad del fraude del afeitado", manifestó Juan Antonio Arévalo, presidente de la Comisión de Presidencia del Gobierno e Interior del Senado, en un debate sobre la reforma del reglamento emitido por Radio El País, en el que también participó Manuel Chopera, vicepresidente de la Asociación de Empresarios. Ambos llegaron así a un acuerdo de criterios sobre la novedad del reglamento que más unánimes protestas ha suscitado en el sector empresarial.

El vigente reglamento responsabiliza del afeitado a los ganaderos, y la redacción que ha trascendido del nuevo cambia totalmente, para trasladar dicha responsabilidad "al propietario de las reses", que es una sutil manera de atribuirla, de forma exclusiva, a los empresarios. Arévalo ratificó en Radio El País la declaración formal que ya había hecho a este periódico, en el sentido de que siempre se opuso a que fuera divulgado un texto que sólo es borrador. "El propio ministro del Interior", añadió Arévalo, "ha dicho recientemente que las reformas aún están por determinar. Y es cierto: muchos artículos estaban en fase de estudio cuando se divulgó el texto, aparte de que falta la consulta lógica a las partes interesadas, lo cual estaba previsto desde un principio".Manuel Chopera dio a conocer en la mencionada emisión la propuesta alternativa de los empresarios: "Queremos dar garantías al público de que el espectáculo que se le ofrece es auténtico. Naturalmente, también pedimos garantías para que no se nos implique en un fraude del que somos ajenos. Si los ganaderos tienen en su poder el toro durante cuatro años, desde que nace hasta que adquiere la edad y el trapío adecuados para su lidia, no pueden pretender que carguemos nosotros con la responsabilidad de su presunta manipulación, cuando sólo permanece en la plaza dos o tres días. Para proteger nuestros intereses y en definitiva los del público", añadió, "solicitamos que el embarque de las reses se haga en presencia de la autoridad, la cual precintará los cajones donde se las transporta y serán desprecintados en la plaza también en presencia de la autoridad, la cual designará agentes para que custodien el ganado hasta el momento de la corrida".

La autoridad

Arévalo hizo la observación de que no todo el reglamento ha de estar en función del ejercicio de la autoridad: "No se puede pretender", dijo, "que el cumplimiento de cada artículo dependa de que la autoridad obligue a ello. Más bien sería conveniente que empresarios, ganaderos, toreros, todos cuantos participan en el espectáculo digan esto se acabó y ellos mismos se comprometan a que el afeitado no vuelva a producirse jamás".Aceptó la propuesta Chopera y señaló que no tendría inconveniente en trasladaría a las distintas representaciones, aunque insistió en que todas ellas deberían haber sido consultadas, pues la difusión del borrador del reglamento ha provocado una inquietud muy grave. "Que yo sepa, dijo taxativamente, "únicamente se ha consultado a los ganaderos". En este punto del debate, el moderador le pidió que se ratificara en su opinión de que el estamento ganadero es el único que ha sido consultado y respondió: "No es una opinión; es que lo sé". Se refirió entonces a unas jornadas sobre el toro de lidia organizadas por la Junta de Andalucía el pasado invierno, cuyas conclusiones están fielmente reflejadas en el texto que ha trascendido. Y añadió: "El nuevo reglamento beneficia a los ganaderos en todo". El senador respondió que, el estamento ganadero no había sido consultado en absoluto.

Un reglamento que sustituya al aún vigente se justifica, en opinión de Arévalo, tanto para suplir normas anticuadas como para promocionar la fiesta. "Con el afeitado y otros fraudes" señaló, "es preciso terminar de una manera radical; eso no ofrece duda. Pero es importante resolver la crisis ganadera, conseguir que la lidia se desarrolle en plenitud".