Indiferencia entre los polacos en el aniversario de la implantación de la ley marcial
El tercer aniversario de la declaración de ley marcial en Polonia ha sido acogido con total indiferencia por la población, más preocupada por la compra de productos para la Navidad y el invierno que de la participación en acciones políticas. Ni siquiera la Comisión Coordinadora Nacional (TKK), organización clandestina del sindicato prohibido Solidaridad, convocó acciones concretas, y se limitó a recordar en un llamamiento los aniversarios que se cumplen este mes de diciembre para sacar "fuerza para la lucha por el porvenir".
([Sólo Lech Walesa, ex dirigente de Solidaridad, hizo una declaración combativa con motivo de la efemérides. "Nos hace falta una nueva y clara acción nacional en favor del pluralismo sindical y llamo a los militantes de Solidaridad a emprender tal acción", manifestó en Gdansk, según France Presse.])El centro de Varsovia era ayer un barómetro del estado de ánimo de la sociedad polaca a los tres años justos de la declaración de ley marcial, que puso fin a los 14 meses de existencia legal del sindicato independiente Solidaridad. En la calle de Szpitalna, exactamente enfrente del lugar donde estuvo situada la primera sede legal del sindicato independiente en Varsovia, había una gigantesca cola ante la confitería más famosa de la capital polaca.
Tres años después de la ley marcial impuesta por el general Wejciech Jaruzelski, el abastecimiento ha mejorado considerablemente, pero el problema de la lucha cotidiana por la vida ocupa un lugar prioritario.
Como si fuese consciente de la imposibilidad de movilizar a las masas en el momento actual, la clandestina TKK no convocó manifestaciones y se limitó a exhortar para que "del recuerdo de aquellos acontecimientos trágicos saquemos fuerza para la lucha por el porvenir". La proclama concluía así: "Que el llamamiento a los caídos aporte esperanza a nosotros, los que vivimos".
En el semanario clandestino Tygodnik Mazowsze se publicó el llamamiento de la TKK firmado por cuatro dirigentes que todavía permanecen en la ilegalidad y no se han acogido a la amnistía. Recuerda la TKK los "numerosos motivos que hacen y nos harán recordar el mes de diciembre" y dice que este mes se escribe con mayúscula por "la muerte de los obreros de la costa en 1970, la muerte de los mineros de Wujek en 1981 y la guerra que libraron las autoridades contra la sociedad". La guerra fue el nombre que dieron los polacos a la ley marcial ("estado de guerra", en la legislación polaca de entonces). La TKK afirma que no puede olvidarse "la ofrenda de la vida humana ni la causa por la que fue ofrecida" y llega a la conclusión de que "gracias a este recuerdo, gracias a la fidelidad a los ideales de Solidaridad, a pesar de las represiones contra nuestro sindicato, Solidaridad sigue actuando".
Los términos del llamamiento, la referencia al recuerdo y a sacar fuerza para el futuro, más la ausencia de convocatorias de acciones concretas, dan una idea de la crisis de la oposición organizada a los tres años de la intervención militar, cuando Jaruzelski anunció la implantación de la ley marcial.
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