Policías y médicos se muestran impotentes para combatir la Oroga en Checoslovaquia

Policías y médicos checoslovacos se han declarado impotentes para hacer frente al crecimiento del consumo de drogas entre la juventud y han acusado de ello a los padres, las leyes y la organización oficial de la juventud.

El problema del incremento del índice de toxicómanos fue tratado el pasado sábado por el diario oficial del Partido Comunista de Checoslovaquia, Rude Pravo, que informó que los dos asesinos condenados a muerte en octubre y noviembre pasados eran drogadictos.

"Se ha conseguido impedir la importación de las drogas duras como la heroína, el hachís y la cocaína, pero los toxicómanos se han atado a otros productos mucho más asequibles y con efectos similares", explica el doctor Jan Cimicky, jefe de una clínica psiquiátrica.

"Los toxicómanos utilizan un producto que contiene codeína, y se pinchan las venas de los brazos, de las piernas, del vientre y bajo la lengua. Hay otro producto que causa los efectos de una fuerte dosis de hachís. Es más complicado de destilar, pero los cocineros saben hacerlo muy bien y lo hacen pagar muy caro", añade el médico.

El doctor Cimicky se lamenta de que la sociedad no tenga los suficientes recursos para combatir el aumento del número de toxicómanos. Se queja, por ejemplo, de que el Ministerio de Justicia no haya actualizado la lista de productos estupefacientes prohibidos desde 1967.