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Ingresa en un psiquiátrico el guardia civil que mató a un compañero e hirió a otros dos en Colmenar

Blas Reyes Ruiz, el guardia civil de 23 años que mató la noche del pasado martes en la casa cuartel de Colmenar Viejo a uno de sus compañeros e hirió a otros dos, permanecía ayer ingresado en las dependencias psiquiátricas del Hospital Militar Gómez Ulla, de Madrid, "a fin de determinar su estado mental" manifestaron fuentes de la dirección general del cuerpo. El guardia, cuya violenta actitud nadie ha logrado explicar, se entregó en la comisaría madrileña de Chamberí hora y media después de disparar contra sus compañeros.

, Colmenar Viejo, una población de 25.000 habitantes, cabeza del partido judicial de la Sierra Norte madrileña, desayunó ayer con la noticia del suceso acaecido horas antes en su casa cuartel. La sorpresa fue la reacción unánime. Muy pocos vecinos conocían a Blas Reyes, pero, en cambio, el guardia civil muerto, Valentín Sánchez Peral, era popular y apreciado, "incluso entre los chorizos del lugar", como manifestó el alcalde, Armando Jusdado. La corporación municipal al enterarse de lo ocurrido decidió suspender hasta el próximo viernes el pleno que debía haber celebrado ayer, como muestra de duelo y solidaridad con la Guardia Civil.En la noche del martes, fría y neblinosa, muy pocos habitantes de Colmenar Viejo se enteraron de los hechos. Uno de los pocos que se enteraron inmediatamente de lo sucedido fue el alcalde, el socialista Jusdado, quien, avisado por la Policía Municipal, se presentó en la casa cuartel cuando estaban siendo evacuados los heridos. El establecimiento, un gran caserón de fachada de piedra granítica situado en el cruce de la avenida de la Libertad y la calle de la Muralla, está habitado por unos 25 guardias civiles, en su mayor parte acompañados de sus familias.

Según las informaciones recogidas por el alcalde, hacia las 22.30 horas del martes pudo escucharse en toda la casa cuartel el sonido de los disparos que procedían del dormitorio de solteros, donde se encontraban solos los guardias Blas Reyes y Valentín Sánchez.

Un tercer guardia se dirigió rápidamente hacia allí y encontró en el patio del cuartel a Blas Reyes, que, de paisano y metralleta en mano, abandonaba el dormitorio donde yacía mortalmente herido su compañero. Luego se supo que Reyes había disparado seis tiros contra Sánchez con un revólver de su propiedad y a continuación se había armado con la metralleta. Reyes ametralló a un tercer guardia, se encaminó hacia la salida principal del cuartel y allí volvió a disparar contra un cuarto agente que vigilaba la puerta. Acto seguido, abandonó el arma, tomó su coche y se fue a Madrid.

Los heridos, Valentín Sánchez, de 22 años; Andrés Grajera González, de 32 años, y Jesús Fernández Chica, de 35, fueron trasladados de inmediato al centro hospitalario Ramón y Cajal, en Madrid, distante de Colmenar Viejo unos 30 kilómetros. Valentín Sánchez ingresó ya cadáver en el hospital, según declararon los médicos.

Estado de los heridos

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Según informó el subdirector del Ramón y Cajal, Antonio Maudes, Grajera fue intervenido en la madrugada de ayer de "una herida producida por disparo, con entrada en el glúteo derecho, que produjo seis perforaciones intestinales, y salida por hipogastrio". Pese a la gravedad del pronóstico su evolución era ayer satisfactoria. Fernández Chica ingresó con "herida de arma de fuego, que atravesaba el tercio superior de ambos muslos". El disparo no produjo lesiones óseas de los fémures, ni vasculares ni nerviosas. El pronóstico es menos grave. Los dos heridos están casados.

El autor de los disparos, según pudo reconstruirse ayer, se dirigió desde Colmenar Viejo a Madrid, donde contó su historia a un hermano. En compañía de éste se presentó, hacia las 23.50 horas del martes, en la comisaría de Chamberí.

Allí sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser acostado y reanimado por los policías de guardia. Más tarde, cuando se presentaron en comisaría varios guardias civiles para llevárselo, Blas Reyes ofreció tremenda resistencia a sus compafleros de Cuerpo y tuvo que ser reducido a la fuerza por media docena de ellos, que le trasladaron al hospital Gómez Ulla.

La jurisdición castrense instruye diligencias previas para esclarecer lo ocurrido, porque todos los sujetos involucrados son miembros del Ejército y el hecho ocurrió en un recinto castrense.

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