Un camino para llegar al libro
El período de entreguerras supuso en toda Europa una etapa en la que los libros infantiles y juveniles dejaron de ser una literatura didáctica, pedagógica, moralizante y de dudosa calidad, en la mayoría de los casos, para incorporarse de lleno a las grandes corrientes literarias mundiales. El proceso, que se produjo casi de forma paralela en Norteamérica, entró de forma gradual en España a lo largo de la década de los setenta, y hoy contamos en nuestro país, en el terreno literario, con autores que ofrecen a los niños y jóvenes libros encuadrados dentro de las tendencias vanguardistas y las corrientes de literatura antiautoritaria, emancipadora, nuevo realismo, así como literatura del sin sentido y fantástica.La ilustración, de vital importancia para los lectores que en las primeras edades visualizan los libros y acceden a ellos fundamentalmente a través de la imagen, se encuentra en nuestro país, desde hace años, en un terreno mucho más avanzado que en lo que a texto se refiere. Nuestros ilustradores trabajan habitualmente fuera de nuestras fronteras, siendo fácil encontrar obras de autores como Ulises Wensel, Miguel Ángel Pacheco, Carmen Solé, Asun Balzola, etcétera, expuestas en muestras internacionales o accediendo a galardones que se conceden en el extranjero.
En este contexto surgen colectivos en el ámbito de la educación que luchan por una renovación pedagógica, especialmente interesados en que esta nueva literatura cuente con lectores formados desde las primeras edades. Los medios de comunicación se hacen eco de la importancia y proyección del fenómeno; profesionales de diversas áreas relacionadas con el libro y/o el niño, ven la necesidad de transformar el concepto sobre la literatura infantil y juvenil que venía imperando hasta hace poco, y todo ello, unido a otros aspectos influyentes, hace que hoy nos encontremos en una situación encaminada a proteger a los futuros lectores adultos de una deformación literaria en la primera etapa de la vida que muchos expertos consideran irreversible.
En este sentido, las diferentes instancias públicas recogen constantemente las propuestas que provienen de los sectores interesados en sanear esta situación, ofreciendo la infraestructura necesaria para que desarrollen sus actividades.
Babelia
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