Jueces y trasplantes
En la edición del 21 de noviembre bajo el titular Los jueces no colaboran, según los nefrólogos, se denuncia que uno de los principales problemas es la existencia de trámites burocráticos por parte de lo jueces a la hora de otorgar el permiso para realizar las extracciones de órganos", y que los jueces "en muchas ocasiones desconocen la ley y no tienen conciencia de lo, problemas del trasplante, poniendo trabas burocráticas que, en algunas ocasiones, dificultan la urgencia. que se precisa para una operación de este tipo".Como nefrólogo responsable de uno de los equipos españoles más activos en trasplante renal y con el testimonio personal de haber pasado muchas horas en el juzgado para realizar los trámites pertinentes, me siento obligado a discrepar de esas afirmaciones: los jueces no son responsables de la lentitud burocrática ni de la penuria de medios con que trabajan; por supuesto, conocen la ley de Trasplantes, están concienciados de los problemas del trasplante y su actitud gcneral es la de favorecerlos. Dos hechos prueban lo que digo:
1. El 9 de febrero de 1978, el magistrado juez decano de Madrid dirigió a todos los jueces una circular con normas orientativas en materia de trasplantes en las que se recomendaba aceptar la muerte cerebral"; es decir, antes de que el Parlamento aprobara la ley de Trasplantes y consagrara la definición legal de "muerte cercbral" ya la aplicaron los jueces, lo que resultó fundamental para poder trasplantar y demuestra la actitud informada y fávorable de los jueces.
2. Después de cinco años de trasplante en el Centro Especial Ramón y Cajal, ni uno solo de los cadáveres adecuados se ha desaprovechado por impedimento judicial, y sí por otros motivos. En resumen, estoy convencido de que los jueces son los más interesados en mejorar su eficacia y resulta injusto atribuirles ignorancia, espíritu obstruccionista o responsabilidad en las deficiencias del aparato judicial-
