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El sindicato minero británico envió sus fondos al extranjero

El Sindicato Nacional Minero (NUM) envió la casi totalidad de sus fondos al extranjero, con el fin de evitar su posible confiscación por los tribunales británicos, días antes del comienzo de la huelga del carbón, actualmente en su octavo mes de duración. Cerca de ocho millones de libras (unos 1.700 millones de pesetas) se encuentran ahora en bancos de Dublín, Luxemburgo y Suiza, según han informado a los tribunales los contables oficiales nombrados por la administración de justicia.

La investigación del destino de los fondos del sindicato se llevó a cabo cuando el comité ejecutivo de la National Union of Mineworkers se negó a pagar una multa de 200.000 libras impuesta por un juez por el delito de desacato. El juez había decidido imponer la sanción cuando el sindicato declaró la huelga minera oficial sin haber cumplido con las nuevas leyes laborales impulsadas por el Gobierno Thatcher, según las cuales no se puede declarar una huelga oficial hasta que se ha llevado a cabo una votación secreta entre la totalidad de los afiliados a un sindicato.Cuando los contables oficiales nombrados por el tribunal llegaron para incautarse de los fondos del sindicato minero se encontraron con que sólo existía una cuenta con un saldo de 8.000 libras (aproximadamente, 1.600.000 pesetas). El resto se había evaporado. Las investigaciones oficiales han revelado que pocos días antes del inicio de la huelga el sindicato transfirió 8.800.000 libras a la isla de Man. A partir de entonces el dinero empezó a circular por varios bancos extranjeros: primero a Dublín, luego a Nueva York y de ahí a Luxemburgo y a Zurich.

En la actualidad, 2.780.000 libras (unos 600 millones de pesetas) se encuentran en Dublín; 4.630.000 (unos 950 millones de pesetas), en Luxemburgo, y más de medio millón (unos 110 millones de pesetas), en Zurich. La justicia británica ha conseguido que la cuenta de Dublín sea bloqueada por la justicia irlandesa.

Un tribunal de Luxemburgo se negó en cambio ayer a congelar la cuenta abierta por el NUM en el banco Nobis Finanz International tal como solicitaba la justicia británica. El juez sólo bloqueó 250.000 libras, 200.000 por si fuera necesario responder al pago de la multa impuesta al sindicato y 50.000 destinadas a costas. Un juez de Zurich, por otra parte, pospuso ayer su decisión sobre el dinero depositado en Suiza.

La batalla legal para la recuperación de los fondos situados en Luxemburgo empezó ayer entre los contables oficiales, pertenecientes a la firma internacional Price Waterhouse, y los abogados del sindicato minero. En todo caso, la situación financiera del NUM es difícil. Como ha declarado el juez Nicholls, encargado del caso, "más pronto o más tarde, esos fondos tendrán que regresar al Reino Unido, y cuanto más tarden en regresar más serán los gastos legales que tendrá que pagar el sindicato". Todas las entidades financieras británicas han recibido copia de la orden de confiscación de los fondos del sindicato minero, lo que supone el secuestro inmediato de los mismos tan pronto sean trasladados a una institución financiera británica.

Entre tanto, las gestiones continúan entre bastidores, en un intento de sentar a la mesa de negociación al sindicato minero y a la empresa nacional del carbón. Las gestiones las lleva el nuevo secretario general de los sindicatos británicos (Trade Union Congress), Norman Willis, que hace unas semanas fue abucheado en un mitin cuando denunció la violencia de los piquetes de mineros.

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El líder de la oposición laborista, Neil Kinnock, acusado por la izquierda de su partido de no apoyar suficientemente a los huelguistas tiene previsto entrevistarse mañana con el presidente del sindicato, Arthur Scargill.

Tras cerca de nueve meses de huelga, cerca de dos tercios de Ios 180.000 mineros británicos se encuentran en paro. Las acusaciones de intransigencia son mutuas. Las jerarquías eclesiásticas católica y anglicana se han pronunciado por una reanudación de las conversaciones para poner fin a la huelga, pero ninguna de las dos partes parece dispuesta a ceder.

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