Sólo un hospital, en el que la gente no confía
En El Bierzo sólo hay un hospital público para una población de 150.000 habitantes a los que hay que añadir otros 50.000 de la zona también leonesa de Villablino y la orensana de Valdeorras. La residencia sanitaria Camino de Santiago es un centro controvertido, criticado por una mayoría que enumera sin descanso presuntos fallos médicos. Hasta el propio personal asume la mala imagen con que cuentan. Sin embargo, tiene también defensores y en la entrada hay dos placas en las que la Infantería de Marina y el Grupo Scout Adarve hacen constar su agradecimiento.
La realidad es que es un hospital desbordado por la enfermedad, donde los pacientes están hacinados, dotado con escasos medios y personal insuficiente. Concebida para 166 camas hoy da cabida a 276. Cincuenta y cuatro médicos, 144 ayudantes técnicos sanitarios y 136 auxiliares atendieron el pasado año a 8.309 enfermos ingresados. Las consultas externas ascendieron a 34.244 y se realizaron 2.059 intervenciones quirúrgicas.
El Bierzo cuenta con 1,4 camas de propiedad estatal por cada mil habitantes, mientras la media nacional, muy inferior a la europea, es de 5,4. El número de camas de hospitales privados no llega a las 200. Más de un 30% de los casos guardan relación con la mina. La tuberculosis pulmonar, las bronquitis y otras dolencias respiratorias son enfermedades en alza, que en 1983 produjeron 14 muertes.
"A la residencia, no"
En enero de 1982, el diputado socialista José Álvarez de Paz denunciaba la "alarmante discriminación y desamparo sanitario de la zona". Para alcanzar un nivel aceptable de asistencia sanitaria se requiere una inversión no inferior a 1.200 millones de pesetas, pero sólo está prevista la apertura de dos centros de salud.En Ponferrada se cuenta que un accidentado, semiinconsciente por el dolor, sólo acertaba a decir: "A la residencia, no; no me lleven a la residencia". Un representante de una firma de zapatos, que viaja con asiduidad a la zona, lleva en su cartera una tarjeta en la que ruega que, "en caso de accidente, no me ingresen en la residencia Camino de Santiago".
En la actualidad, una anestesista está procesada por el caso de una niña que murió al ser intervenida de una fractura en el brazo. También está presentada una querella contra dos periodistas que informaron del suceso. Todavía el pasado domingo una enfermera inhábil, al hacer una cura, desprendió a una paciente una sonda en raqueta que rodeaba su único riñón, dañado. La enferma tuvo que ser trasladada urgentemente a La Paz de Madrid para tratar de remediar un daño probablemente irreversible.
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