La jerarquía católica francesa se opone a las nuevas técnicas de procreación

La Iglesia de Francia condena, de hecho, el uso incontrolado de los progresos de la ciencia, tanto por lo que toca a la creación de la vida o a la supresión de la misma. En un documento oficial, la Iglesia critica acervamente "la vida y la muerte por encargo" y se interroga sobre el futuro del hombre.Las autoridades de la Iglesia católica de este país se han inquietado por la proliferación, en Francia, de madres de alquiler o madres transportistas. En primer lugar se trata de las mujeres que se dedican a alquilar sus posibilidades de maternidad a una pareja, matrimonial o no, que por esterilidad de la mujer no puede tener hijos.

Anteriormente se había hecho célebre la aventura de Corine, la muchacha de 21 años de Marsella que, echándole todo el valor, consiguió que un tribunal la autorizara a usar el esperma de su marido, muerto de cáncer, depositado en un organismo especial para quedar embarazada por inseminación artificial. También les preocupan los casos de suicidio por encargo; es decir, los métodos que preconizan la supresión de la vida de alguien que, anciano o insalvable, sufre inútilmente.

Los obispos de Francia, en un documento de 4.000 palabras, encaran estos problemas de la vida y de la muerte, favorecidos o recortados por la ciencia, y advierten en primer lugar que la "trivialización del aborto ha abierto la brecha y que ahora se empieza a calibrar el mal y la gravedad". Sobre la inseminación artificial, la Iglesia de este país dice que no se sabe si la madre desea el hijo realmente o lo desea por ella exclusivamente.

Las madres de alquiler son criticadas igualmente, "porque no se sabe si ella es responsable y si realmente olvida la criatura después de su nacimiento". Y también se interrogan en este caso sobre la psicosis del padre, que, dicen, habría que saber si olvida el origen incógnito de su hijo.

El debate sobre estas cuestiones, que confrontan al progreso científico y a la tradición religiosa, queda abierto en este país. Durante los próximos días 6 y 7 de diciembre, el presidente de la República, François Mitterrand, ha invitado a sociólogos, biólogos, juristas, padres y profesores para dialogar sobre la cuestión en la Case de la Medicina, en París.