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Nuevas tensiones en el norte de Africa

El partido socialista cambia; el Gobierno, no

La llegada al poder del PSOE no ha variado la postura española respecto al conflicto del Sáhara, aunque sí ha servido para alterar sustancialmente las posiciones que el propio PSOE mantenía sobre este problema. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español afirmaban esta semana que el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) hecho por la Organización para la Unidad Africana (OUA) no servirá de ejemplo al Gobierno de Madrid, descartándose por completo que tome una decisión similar. El propio ministro de Exteriores, Fernando Morán, afirmaba días pasados que España no piensa tampoco denunciar los Acuerdos de Madrid de 1975 -por los cuales Marruecos y Mauritania pasaban a administrar la antigua colonia española- por que éstos, simplemente, no están en vigor.Las posiciones del actual Gobierno de Madrid siguen siendo pues, las mismas que las de los Gabinetes de UCD: completar el proceso de autodeterminación, según han coincidido también en desear en sus resoluciones la ONU y la OUA. Fue durante su visita a Argel, en marzo de 1983, cuando el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, aclaró a los dirigentes del Polisario que España no estaba dispuesta a denunciar los Acuerdos de Madrid. Días antes de aquel viaje, los dirigentes de la RASD, que conocían la evolución del PSOE sobre el problema del Sáhara, habían estado a punto de dar a conocer los acuerdos firmados en Argel en 1976 por el Partido Socialista Obrero Español y el Frente Polisario, pero fueron disuadidos a tiempo. En aquel documento, ambas organizaciones hacían pública su coincidente denuncia de los Acuerdos de Madrid.

Atrás quedaba también la visita de Felipe González a Argel, a finales de enero de 1978, cuando su partido y el Frente de Liberación Nacional argelino (FLN, partido único de ese país) manifestaban tener idénticos puntos de vista sobre todas las cuestiones relativas al Sáhara occidental, África, Oriente Próximo y América Latina. Aquel viaje del entonces líder de la oposición socialista española sirvió para distender también las relaciones entre Argelia y el Gobierno de UCE), muy tensas en aquellos momentos, cuando el independientista canario Antonio Cubillo utilizaba la radio oficial argelina para llamar al levantamiento al "pueblo guanche".

Casi tres años después, Felipe González, aún en la oposición, fue recibido en Argel con honores de jefe de Gobierno. El hoy presidente del Gobierno español no ha tenido oportunidad de volver a recibir los mismos honores en ese país: tras Regar al poder, realizó, a finales del invierno de 1983, un viaje a Rabat, siendo el vicepresidente, Alfonso Guerra, quien visitó Argel.

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