Una encuesta encargada por Soares le da como perdedor en la elección presidencial

El primer ministro portugués, Mario Soares, perdería unas elecciones presidenciales si se realizaran ahora, y d'Partido Socialista (PS) ha perdido de nuevo, en favor de su aliado socialdemócrata, la posición de lider, reconquistada en los comicios de abril de 1983, según una encuesta de opinión encargada especialmente por Soares. Estas previsiones explican las tensiones y el ambiente de crisis que sacuden al Gobierno de Lisboa.

La encuesta, cuyos resultados no han sido publicados, parece haber convencido a Soares de la necesidad de un golpe de timón en la política del Gobierno y del Partido Socialista. Político veterano, el líder socialista ha iniciado inmediatamente una amplia contraofensiva que tiene como objetivo obligar al Partido Social Demócrata (PSD) a "clarificar" su posición en el seno del Gobierno y de la coalición, porque es "inadmisible" que los socialistas soporten solos el desgaste de un Gobierno impopular.El retrato-robot del candidato presidencial ideal que emerge de la encuesta es desastroso para las ambiciones presidenciales de Soares. El 59% de los interrogados desea como jefe de Estado a una personalidad ajena a los partidos políticos, y las cualidades exigidas al candidato por la mayor parte de la opinión pública están en orden inverso a las que se reconocen al actual primer ministro. El 62% considera a Soares como un político experimentado, y el 63% le atribuye una buena popularidad en el extranjero, pero los que consideran relevantes estas cualidades son apenas el 32% y el 10%, respectivamente. En cambio, el 82% de los portugueses considera la honradez como la primera virtud exigible al próximo jefe de Estado, pero sólo un 17% se la atribuye a Soares.

Lo que resulta "anómalo e inaceptable" a los ojos de muchos socialistas es que los ministros del PS sean más impopulares que sus colegas del PSD y que el prestigio de los socialistas esté aún más desgastado que el de su secretario general.

Mario Soares ha anunciado que si el Consejo Nacional del PSD de los días 24 y 25 de noviembre no pone orden en la coalición está dispuesto a presentar la dimisión del Gabinete al presidente, Ramalho Eanes, aceptando el riesgo de una crisis que podría llevar a la convocatoria de nuevas elecciones.

Para muchos socialistas, sin embargo, la actitud de firmeza adoptada por el primer ministro llega demasiado tarde y puede resultar incluso contraproducente.