El acceso a las bases de datos españolas
Una amplia oferta de tipo científico, económico, social y cultural
La industria de bases de datos de tipo científico, económico, tecnológico, social y cultural ya ha superado en España la fase experimental y se ha puesto a disposición de posibles usuarios, quienes desde sus ordenadores personales, conectados por teléfono y por un modem (decodificador) a una red automática conmutada, pueden tener acceso inmediato a miles de datos almacenados en 52 bancos producidos por 14 instituciones españolas, tanto públicas como privadas.Temas más útiles o menos útiles como los resultados de los últimos Juegos Olímpicos o referencias a los últimos descubrimientos en ciencia y tecnología, o el registro de la propiedad industrial, el catálogo del Museo del Prado o las biografias de los españoles más eminentes o la situación de los embalses podrán ser consultados por un precio medio aproximado de 1.000 pesetas por cada 10 minutos desde cualquier tipo de ordenador que cumpla las condiciones de estar unido a la red pública automática conmutada.
La Fundación de la Red de Información Científica Automatizada (Fuinca) y el Centro de la Informática Técnica y Material Administrativos (Citema) están canalizando el programa de presentación de las bases de datos españolas, para lo que han editado el primer catálogo de estas 52 bases de datos, de las que la mayor parte pertenece al sector público.
Antes de su presentación oficial en España, que se va a realizar en el marco del Simo -con una exposición permanente y un seminario sobre la Factibilidad de los proyectos de bases de datos de interés general-, las dos fundaciones presentaron el proyecto el pasado mes de septiembre en la feria Infodial-Videotex de París.
Las bases de datos, que no son otra cosa que ficheros con datos, documentos o referencias de documentos almacenados en ordenadores y que pueden ser consultadas casi instantáneamente, se clasifican, de acuerdo con la información almacenada, en: bases de datos bibliográficos (referencia a libros, artículos de revistas, patentes, informes técnicos, etcétera), bancos de datos factuales (directorios y otros tipos de datos numéricos) y bancos de datos textuales (textos completos o parciales de documentos, como sentencias de tribunales, noticias de prensa, etcétera). Tanto las informaciones primarias como de referencia que proporcionan las bases de datos se encuentran completamente actualizadas.
Muy relacionado con el tema de las bases de datos se puede citar el de la documentación automatizada. Fuera de la órbita del Simo se van a celebrar en Madrid, los días 21 y 22, las I Jornadas Españolas de Documentación Automatizada, organizadas por el Instituto de Información y Documentación en Ciencia y Tecnología (ICYT) y por el Consorcio de Información y Documentación de Cataluña (CIDC). Cuentan además con el patrocinio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Comissió Interdepartamental de Recerca i Innovació Tecnológica de Catalunya.
60 ponencias
En las dos sesiones se presentarán 60 ponencias, que tratarán sobre temas como Formación profesional, Automatización de bibliotecas, Problemas de recuperación de documentación original y traducciones, recuperación automatizada de información bibliográfica.Desde las bases de datos españolas se pueden conectar a través del Nodo Internacional de Datos (NID) con bancos de datos de 12 países. Sólo desde el Instituto de Información y Documentación de Ciencia y Tecnología del CSIC -que obtuvo por consultas 35 millones de pesetas en 1983- se tiene acceso a 200 bancos de datos científicos, técnicos y médicos de los países más avanzados del mundo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.