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Los microordenadores buscan un lugar en su vida

El acelerado avance tecnológico se refleja en un mercado en constante evolución

La principal diferencia entre los ordenadores domésticos, destinados a lo que se denomina hogar/ afición, y los equipos de gestión personal y profesional -lo que, en traducción directa del inglés, se denominan ordenadores personales y, más recientemente, profesionales-, la constituye el precio. Claro, que el precio suele ser, como explican fuentes del sector, un mero reflejo de las diferentes posibilidades que ofrecen los diferentes modelos, y es también una de las variables más rápidamente cambiantes en este móvil mundo de los microordenadores.¿Para qué sirve un ordenador de esta gama y quién lo compra? Las empresas que los comercializan y los que estudian el mercado coinciden en que la introducción de la informática a este nivel en España es todavía pequeña, que existe una desconfianza por parte de muchos usuarios potenciales, ligada a una falta de educación en este tema. El bajo precio es un'atractivo que hace que muchas empresas o particulares adquieran equipos demasiado pequeños, los únicos asequibles a su presupuesto.

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El principal sector lo constituyen las pequeñas empresas que adquieren ordenadores para la aplicación más común: contabilidad, facturación y control del almacén. Una aplicación que se extiende rápidamente es el proceso de textos, que permite almacenar información, hacer cartas repetidas, y otras muchas aplicaciones. En Estados Unidos, muchos escritores profesionales se han pasado ya al procesador de textos como herramienta que sustituye ventajosamente a la máquina de escribir."Un médico", explica Carlos Blázquez, director de mercadotecniade Bresa, empresa que comercializa este tipo de ordenadores, "lo utiliza para el archivo de historias clínicas. Un dentista, por ejemplo, además de para esto, lo utiliza como procesador de textos, para enviar cartas a sus clientes cuando les toca hacerse una revisión o cuando es su cumpleaños. Existen múltiples posibilidades".

Los arquitectos empiezan a utilizarlos para cálculo de estructuras, diseño asistido, a través de la amplia gama de periféricos existente, e incluso diseño de interiores, además de contabilidad, facturas, presupuestos, y otras aplicaciones más clásicas. Los pequeños comerciantes, para llevar su negocio.

Los almacenes de repuestos pueden con un microordenador mantener actualizadas en todo momento sus existencias y buscar una pieza por su referencia. Universitarios y científicos han encontrado hace ya bastante tiempo la utilidad de un pequeño ordenador en múltiples aplicaciones.

La aparición de los denominados ordenadores portátiles ha hecho surgir una nueva aplicación en otros países, en los camiones de reparto y como instrumento de los viajantes. Se van apuntando todos los datos de la ruta y posteriormente se introducen en el ordenador central al llegar a la empresa, o incluso se transmiten por teléfono. Un viajante puede realizar así sus pedidos por teléfono directamente al ordenador, que en un futuro próximo podrá hablar con él y confirmar si existe en almacén lo que pida.

Estos ordenadores portátiles tienen todavía un tamaño demasiado grande, debido a la necesidad de mantener el tubo de rayos catódicos para la pantalla, a excepción de los que ya existen con pantalla plana de cristal líquido, similar a la de los modernos relojes de pulsera. Estas pantallas no pueden ser muy grandes por problemas tecnológicos; son consideradas por muchos usuarios como poco claras y difíciles de leer, y lo más que se ha comercializado ha sido una de 16 líneas, pero constituyen indudablemente el futuro. En la sofisticación creciente de los ordenadores, como señala un estudioso del sector, "asusta un poco pensar que todas las grandes compañías estadounidenses dependen tecnológicamente en la actualidad de los japoneses, no sólo para chips de alta tecnología, sino también para pantallas, diskettes, impresoras, los nuevos discos de sólo tres pulgadas y media, etcétera".

El escollo de la Telefónica

Respecto a la utilización de las posibilidades que ofrecen los ordenadores cuando se comunican entre sí, que constituye uno de los aspectos más atractivos de la informática, en España la situación lleva camino de convertirse en trágica si se consideran las reiteradas y numerosas quejas de las empresas fabricantes y comercializ adoras. La Compañía Telefónica, que fue pionera en Europa en el establecimiento de una red especial para transmisión de datos, se ha negado a liberalizar la red de voz para transmisiones de datos mientras mantenía altos los precios de la red de datos.La utilización de la red de voz, afirman los fabricantes, resulta imprescindible con los avances tecnológicos existentes (ordenadores portátiles, microordenadores, etcétera), y en España avanza inexorablemente, aunque fuera de la legalidad, y con las dificultades que presenta una red anticuada en muchos casos. Se utilizan acopladores acústicos, que dan una calidad peor de la deseada, y los modems (modulador-demodulador), necesarios para acoplar el ordenador directamente a la línea, se utilizan e importan sin homologación ni autorización alguna.

En los últimos dos años, los precios de los microordenadores han disminuido ostensiblemente, aunque también han cambiado los modelos. Es decir, una casa que comercializaba un pequeño ordenador de gestión hace dos años por 300.000 pesetas puede comercializar en la actualidad un modelo más potente y con más prestaciones por un precio incluso inferior a ése. Esta evolución se debe en gran medida al descenso en los precios de la memoria externa, que es lo que suele encarecer un equipo. Los precios de los pequeños discos -diskettes- en que se almacena la información han bajado vertiginosamente, y hoy un disco Winchester vale muy poco más que valía hace cuatro años un diskette con una capacidad de almacenamiento de datos casi 40 veces menor.

En la actualidad, explica Blázquez, "se puede decir que los ordenadores domésticos son los que tienen un precio inferior a las 300.000 pesetas, y los hay mucho más baratos. A partir de ese precio, aunque no suelen valer menos de 450.000 pesetas, empiezan los ordenadores que llamamos de gestión, destinados a profesionales, pequeñas empresas, oficinas, etcétera".

Llegan las multinacionales

La situación del mercado ha cambiado, después de la eclosión, hace unos años, del ordenador personal, a cargo de pequeñas empresas, entre ellas la pionera, Apple, y la británica Sinclair. En los dos últimos años, la introducción en este mercado de la multinacional más potente, la norteamericana IBM, ha dejado fuera de juego a algunas de las empresas, como Osborne, ha puesto en dificultades a otras y ha contribuido a una normalización de las características -programa operativo, etcétera- de los productos. "Hoy es muy difícil pensar en un producto nuevo que no sea compatible con IBM, bien en el hardware o en el software", señala un profesor de la facultad de Informática de San Sebastián.Los pequeños ordenadores domésticos quedan así como un reducto útil para la iniciación a la informática, para juegos y para pequeñas aplicaciones.

Esto no impide que se trate de un mercado boyante que no ha alcanzado su techo, según un informe que publicará la revista especializada Micros en su número de diciembre. Como se señala en este informe, los ordenadores domésticos disponen de ciertas posibilidades pedagógicas y son considerados como altamente positivos en lo que se refiere a la coordinación de los reflejos psicomotrices, aunque su principal utilización sean los juegos.

Un reciente análisis del mercado de microordenadores en España señala que han existido muchos factores que han ocasionado retraso en su desarrollo, pero que en la actualidad existe un alto nivel de demanda especialmente en el extremo superior de la gama y en sistemas multiusuario. Su tasa de crecimiento está considerada como una de las más altas de Europa, con un mercado muy competitivo y difícil si se considera el pequeño volumen que todavía tiene.

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