El presidente de la Democracia Cristiana italiana dimite al saber que va a ser procesado
El presidente de la Democracia Cristiana italiana (DC), Flaminio Piccoli, católico practicante, un histórico del partido, dimitió ayer tras haber sabido que el juez instructor Francesco Misiani ha pedido al Parlamento autorización para procesarlo en relación con el caso del ex vicejefe de los servicios secretos militares, general Pietro Musumecci. El mismo Piccoli anunció la noticia ayer por la tarde, en una conferencia de prensa convocada en la sede central del partido.
"Aun no teniendo nada que reprocharme", dijo el presidente dimisionario, "no puedo consentir que mi partido se vea salpicado por este asunto y que las mentiras y las falsedades que han golpeado mi persona puedan comprometer la imagen de la Democracia Cristiana". Piccoli ha anunciado también que renunciará a la imnunidad parlamentaria para que los jueces puedan juzgarle libremente.La noticia de que el juez Misiani había pedido autorización para proceder contra Flaminio Piccoli había aparecido en la mañana de ayer en varios diarios del país. El presidente democristiano, que tiene el cargo que poseía Aldo Moro cuando fue asesinado, ha confesado que la noticia es auténtica, y que él la conoció a través de una copia de la petición del juez que le envió un remitente anónimo. Dicha petición para proceder contra él aún no ha llegado oficialmente al ministro de Justicia, quien deberá enviarla al Parlamento.
Víctima de la masonería
El presidente Piccoli, que se siente víctima de una "persecución de la masonería", como ha dicho varias veces, ha querido anticipar él mismo los cargos de los que le acusa el juez: asociación para delinquir simple, es decir, no mafiosa; y connivencia con Francesco Pazienza, el hombre que con el general Pietro Musumecci había creado unos servicios secretos paralelos e ilegales. Concretamente, se acusa a Piccoli de haber recibido de Pazienza cuatro millones de pesetas para sufragar un viaje oficial a Estados Unidos que le había preparado el mismo Pazienza, hoy fugitivo precisamente en este país.De una manera más amplia, la investigación sobre Piccoli parece situarse, según indican medios judiciales, en el contexto del sumario ya abierto en torno a determinadas irregularidades observadas en la adjudicación de obras de reconstrucción en la región de Nápoles. Pazienza es el principal acusado en ese proceso.
Lo curioso, como afirma el mismo Piccoli, es que dos magistrados absolvieron ya al presidente democristiano de todas estas acusaciones, considerándolas sin fundamento. Hace sólo 48 horas, también el propio Parlamento había absuelto prácticamente a Piccoli de otra grave acusación: la de haber organizado con los servicios secretos de Pazlenza y Musumecci la liberación del líder democristiano napolitano Ciro Cirillo, tras negociaciones con la Camorra y con las Brigadas Rojas.
Pero la absolución fue, en verdad, muy débil, ya que la moción del Gobierno triunfó sólo por cinco votos, y más de 40 diputados de los partidos gubernamentales votaron contra Piccoli amparados en el voto secreto, como antes sucedió con Giulio Andreotti, actual ministro de Asuntos Exteriores.
Mientras tanto, Repubblica publicó ayer un sondeo, preparado por el mismo diario independiente, en el que se afirma que el 44% de los italianos consideran culpable a Andreotti en el escándalo de la logia secreta P-2; el 36%, en el escándalo de Sindona, y el 41,9%, en el escándalo del petróleo. En relación con este último caso, el Parlamento deberá votar el próximo día 22, otra vez con voto secreto, sobre la culpabilidad o inocencia del ministro de Asuntos Exteriores. Un editorial del mismo Repubblica pidió ayer que Andreotti presente antes la dimisión, porque un político no puede seguir en un cargo público cuando ya no es considerado persona de confianza, aunque no haya sido aún ni juzgado ni condenado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.