Craxi pide dos días para decidir si sigue adelante el proyecto de reforma fiscal

Nadie se atreve a apostar en la capital italiana, después de la reunión del Gabinete presidida por Bettino Craxi, y que duró hasta las altas horas de la noche del lunes, si el actual Gobierno podrá o no salir adelante. Y ello porque, a pesar de que los cinco partidos de la mayoría estuvieron de acuerdo con la inoportunidad y hasta con la gravedad de una crisis gubernamental en este momento, las causas del conflicto han quedado en pie, y Craxi ha pedido dos días de plazo para seguir estudiando el proyecto de reforma fiscal, presentado por el ministro de Hacienda, el republicano Bruno Vicentini.Que el problema es grave, y que nadie cree que pueda resolverse rápidamente, lo demuestra el hecho de que la Federación Unitaria de Sindicatos ha proclamado para el día 21 una huelga general en todo el país en defensa de la ley Vicentini, la cual se propone, tras 40 años de evasión fiscal, obligar a los comerciantes a pagar los impuestos, como lo hacen los trabajadores a sueldo. Es la primera vez que, tras la dramática ruptura sindical, las tres grandes organizaciones sindicales italianas se ponen de acuerdo para una acción nacional conjunta.

Mientras tanto, el Gobierno tendrá que acudir esta semana a dos citas muy especiales. Hoy se votan en el Parlamento seis mociones sobre el caso Cirillo, el secuestro y liberación del líder democristiano napolitano Ciro Cirillo por parte de las Brigadas Rojas. Según las acusaciones de radicales y comunistas, dicha liberación se llevó a cabo gracias a una negociación ilegal de los servicios secretos con la Camorra de Rafaelle Cutolo, quien convenció a los brigadistas para liberar a Cirillo, a cambio de dinero y de que se dejase asesinar impunemente a dos personajes de Nápoles, uno de ellos el jefe de la policía, como así resultó tras la liberación.