La moderación triunfa en Addis Abeba

Los países africanos reunidos en Addis Abeba (Etiopía) han dado una prueba de moderación al centrar su atención sobre las dificultades económicas del continente, tan sólo unas horas después de la admisión de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), y la consiguiente retirada de Marruecos, en la Organización para la Unidad Africana (OUA).

Numerosos jefes de Estado y de delegación, como los de Túnez, Libia y Guinea, intervinieron ayer en el debate general de la vigésima cumbre de la OUA para recordar la catastrófica situación de África y pedir a los marroquíes que revoquen su decisión.

El asunto sahariano ha suscitado especial malestar entre los cerca de 20 países que se niegan a aceptar a la RASD como un Estado independiente y soberano. Algunos llegan a subrayar, en privado, que todavía no hay nada definitivo y que Marruecos puede endurecer aún más su posición.

Admiten, no obstante, que la negativa de Marruecos a discutir directamente con el Frente Polisario ha exasperado a muchos países, que asisten impotentes a la parálisis de la OUA y a su incapacidad para ocuparse de los problemas urgentes de desarrollo o del África austral.

"La arrogancia de Marruecos y de su rey, que ha calificado a nuestros dirigentes de jefes de Estado tam-tam, no contribuye a arreglar las cosas", declaró un delegado de un país moderado. Otros delegados estiman que Marruecos paga ahora el precio de su alianza con Libia.

De momento, todos evitan cuidadosamente las polémicas políticas. "La OUA quiere crearse una nueva imagen y hay que darle tiempo", explica un dirigente que se declara convencido de que "con el tiempo Marruecos volverá". Según el reglamento de la OUA, su retirada no se hace efectiva hasta después de un año.