Expulsados de Punjab dos periodistas de EL PAÍS

La tranquilidad es prácticamente total en el Estado noroccidental indio de Punjab, feudo de los sijs, cerrado por el Gobierno a los extranjeros. Dos enviados especiales de EL PAÍS pudieron comprobarlo durante un recorrido en coche de 1.000 kilómetros y una estancia de día y medio, hasta que fueron expulsados por las autoridades al ser descubiertos en la ciudad sagrada de Amritsar.Localidades tranquilas y gran actividad es la primera impresión que se obtiene al recorrer la ciudades punjabíes, en las que es claramente visible un discreto despliegue policial y militar, informa Ángel Santa Cruz. Esta apariencia de normalidad llega hasta las mismas puertas del Templo Dorado, donde, a las nueve de la mañana de ayer, poco antes de ser expulsados los dos periodistas, apenas podían verse algunos soldados. En el recinto sagrado permanecen refugiadas unas 1.000 personas, bajo la protección del Supremo Consejo de cinco sacerdotes.

Los dos periodistas fueron descubiertos el martes al intentar pernoctar en un hotel de Amritsar. El director del establecimiento llamó a la policía y ésta exigió la inmediata comparecencia de los informadores. Habían formado una especie de extraño tribunal militar en la oficina del subjefe de policía, presidido por un comandante, indica Ignacio Carrión. "Ustedes son los únicos extranjeros que se han atrevido a venir hasta aquí. El Punjab está totalmente prohibido para los extranjeros", dijo el jefe militar.

Tras serles retirados los pasaportes, las autoridades militares ordenaron la irrevocable expulsión de los extranjeros, aunque accedieron a posponerla hasta ayer por la mañana. Una vez de vuelta en Nueva Delhi, los dos enviados especiales comprobaron que han sido reforzadas las medidas de seguridad y que el Ejército ha sido puesto en estado de alerta para prevenir hoy, 515º aniversario del nacimiento del fundador del sijismo, el gurú Nanak, cualquier tipo de incidentes.

Página 11