Apuesta a una carta

Tuvo éxito la elección de Volver a empezar como propuesta española al Oscar a la mejor película extranjera aunque no hubiera obtenido entre el público y la crítica idéntico apoyo. La distinción con que el festival de Montreal había señalado la existencia de dicho filme permitió que los responsables de elegir la película española para competir en Hollywood tuvieran algún dato para proponer Volver a empezar. Y aunque no tiene por qué ser rotundamente desdichado el que este año se haya propuesto Sesión continua, se carece de antecedentes similares.El último filme de Garci, que fue publicitariamente lanzado aprovechando el rechazo de Televisión Española para incluirlo en sus derechos de antena, no ha contado con el apoyo de la crítica ni el público. Ha sido, incluso, la película de José Luis Garci de menor éxito, por encima de Volver a empezar, que tampoco en su estreno normal convocó el entusiasmo de los espectadores.

Si se hubieran atendido las premisas que hacen representativo a un filme (¿cuál debe representar a un país: el premiado, el de éxito o el que ha fracasado?), quienes deciden este aspecto del cine español hubieran valorado el galardón del festival de Cannes a Los santos inocentes, el de Biarritz a Tasio, el paralelo de Cannes a Epílogo, el de Karlovy-Vary a Las bicicletas son para el verano o el éxito en Berlín de La muerte de Mikel, que, por otra parte han sido en España grandes éxitos de público. Han jugado, pues, con la superstición. Aunque tengan suerte, es un raro criterio.