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XXIX Semana de Cine de Valladolid

Un Bergman íntegro y un diario conflictivo

Todas las secciones del 29º Semana de Cine de Valladolid continúan interesando al público que, salvo excepciones, abarrota diariamente las siete salas dedicadas al certamen. Especialmente Fanny y Alexander, de Ingínar Bergman, en su versión íntegra de cinco horas y media, ha convocado a un número mayor de espectadores de los que el local acepta. El interés general de la programación ha sensibilizado al público vallisoletano de forma sorprendente. La proyección de El filandón, de José María Sarmiento, primera película promovida por la autonomía de Castilla y León, que ya fuera presentada en el Festival de San Sebastián, ha constituido otro de los grandes éxitos del certamen.Sin embargo, esto no quiere decir que todas las películas seleccionadas por Fernando Lara, nuevo director de la Semana, ofrezcan idéntico interés. Son ya frecuentes los comentarios que insisten en que un mayor rigor que antepusiera la calidad a la cantidad hubiera permitido disfrutar más confortablemente de tan variopinta e interesante oferta.

De entre los títulos a concurso destaca, por el momento, la versión cinematográfica de la novela de Patricia Highsmith El diario de Edith, aunque sólo sea por la curiosidad que despierta tan difícil adaptación. La impresión posterior no fue, en cambio, tan unánime. Hans W. Geissendörfer, el director de la República Federal de Alemania que con anterioridad había adaptado al cine nada menos que La montaña mágica, pero con escaso éxito, ha trastocado algunos elementos de la novela, congelando la acción en sólo cinco años en lugar de los 20 en que transcurre el texto, cambiando su localización al Berlín actual en vez de la pequeña ciudad de Pensilvania original, imagiríandoa, su protagonista como una mujer joven de fuerte personalidad (inevitable en la excelente actriz Angela Winkler) y al hijo de ésta como un muchacho de aspecto casi desagradable. La magia, la sutileza primitivas quedan expresadas en términos bruscos que circulan por la pantalla a una velocidad que no ayudan a la reflexión.

Referencia de la novela

En cualquier caso, sin la novela como referencia, la película logra sugerir interesantes matices: esa Edith que vuelca en su diario la fantasía de un mundo que no es el suyo, que le miente y se miente sin reconocer cuánto le afecta el abandono de su marido, el alcoholismo del hijo y el asesinato del tío George -del que ella misiria acaba siendo encubridora- es, sin duda, el reflejo de otras Edith. Por extensíón, incluso, en la película podemos reconocer fantasías propias. El inteligente feminismo de la novela queda ampliado a cualquier sexo, pero lo que se gana en extensión se pierde en intensidad.La copia presentada en Valladolid, original con subtítulos en inglés, exigió traducción simultánea, que, por primera vez en los festivales españoles, se hace a través de auriculares individuales. De ahí que quienes no los usaran se quedaran perplejos ante las carcajadas del público y su posterior ovación justo en el momento más dramático del filme, es decir, aquel en que Edith cae violentamente por las escaleras encontrando la muerte. La traductora simultánea no pudo reprimir una sorprendente exclamación , "¡hostias!", que añadió al texto de los subtítulos con fresca espontaneidad, pero arruinando la posible emoción de los espectadores.

Excepcionalmente, fueron menos los espectadores interesados por Vida en sombras, el único largometraje profesional de Lorenzo Llobet Gracia, filmado en 1948 y que recientemente ha reconstruido la Filmoteca Española, que por primera vez se ha exhibido en copia de 35 milímetros. Se trata de una curiosa obra alejada de la mediocridad habitual del cine de la época, en la que el realizador supera su ingenuidad narrativa gracias a una imaginación que roza lo insólito: su amor por el cine, frenético, insustituible, le inspiró un homenaje al arte que practicó en términos de aficionado que ha quedado convertido en una rara joya de nuestra cinematografía.

Narrando los traumas de un personaje que, como él mismo, filmaba cuanto ocurría a su alrededor, Vida en sombras ofrece, al tiempo que dicho homenaje, un curioso testimonio de la guerra civil, que, aunque vista brevemente, se describe desde la perspectiva del bando republicano. La fantasía del autor quedó explícita en esta sesión del festival de, Valladolid gracias igualmente a un cortometraje producido por la Filmoteca de Española.

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