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Una huelga general agrava la situación política en Ecuador

La huelga general que se desarrolló ayer en Ecuador agrava la ya delicada situación política ecuatoriana, surgida a raíz del enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición, que ostenta la mayoría en el Parlamento.El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) convocó para ayer una huelga general en defensa del régimen democrático, rechazando las medidas económicas dictadas por el Gobierno y solicitando aumentos salariales, entre otras reivindicaciones. La convocatoria fue respaldada por todos los organismos gremiales y estudiantiles de este país andino, salvo por la Federación de Chóferes, tradicionalmente conservadora.

El Ministerio de Educación decidió suspender las clases en todos los colegios del país, ya que, la Unión Nacional de Educadores (UNE), organismo gremial de: tendencia dominante maoísta que agrupa a los profesores de este país, decidió secundar la huelga.

De esta manera, las calles de las principales ciudades de Ecuador amanecieron ayer semidesiertas y las fábricas sin trabajadores, en tanto que una buena parte de los comercios permaneció cerrada. También las unidades de transporte público fueron desapareciendo paulatinamente de la circulación, en vista de las barricadas que se levantaron.

Peligro de golpe de Estado

El FUT, organismo que agrupa a las tres principales centrales sindicales de Ecuador -dos socialistas y una comunista- anuncié que convocaba la huelga porque, en su opinión, hay indicios de que el régimen democrático ecuatoriano está en peligro de sufrir un posible golpe de Estado, que provendrá, según el FUT, de sectores gubernamentales minoritarios en el Parlamento.

La oposición al Gobierno, formada por partidos de centro-izquierda, socialdemócratas y de izquierda, decidió ofrecer su apoyo a la huelga. Esta actitud de la oposición provocó la ruptura del diálogo que mantenía con el Gobierno, a fin de superar el enfrentamiento entre estos dos poderes del Estado.

Estos acontecimientos hacen que Ecuador, que lleva dos semanas con el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia paralizados hasta que se resuelva el enfrentamiento, entre en una peligrosa espiral de inactividad política, agravada, según el Gobierno, por la huelga de hoy, declarada ilegal.

Por otra parte, el coronel Merlín Arce, jefe de la policía de Guayaquil, fue asesinado ayer por disparos de ametralladora cuando salía de su domicilio para dirigirse a su trabajo. Testigos presenciales del hecho afirman que el autor de los disparos fue Jaime Toral Zalamea.

Jaime Toral es un dirigente de los barrios del suburbio de Guayaquil -principal puerto marítimo de este país- y militante del partido derechista Coalición Institucionalista Democrática (CID), que apoyó la candidatura presidencial del actual primer mandatario, León Febres Cordero. El propio presidente de Ecuador fue recibido por Toral durante una reciente visita al suburbio de Guayaquil.

El gobernador de la provincia ha ordenado ahora la detención de Toral. La alcaldía de Guayaquil ha ofrecido una recompensa de un millón de sucres (aproximadamente dos millones de pesetas).

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