Escasa disposición en el seno de la UEO para abrir sus puertas a España y Portugal

Una alta fuente de la Unión de Europa Occidental (UEO) confirmó ayer privadamente a EL PAÍS que parece muy improbable que la UEO se amplíe a otros Estados miembros de la CEE o de la OTAN. Según el mismo informante, la candidatura de ingreso presentada por Portugal ha sido oficialmente admitida a trámite por presiones de algunos de los siete "que no están tan interesados en que se hable de una defensa europea".

La fuente consultada añadió que "no hay nada contra España o Portugal, pero es un hecho que cualquier ampliación debilitaría las posibilidades de relanzamiento de la UEO".Otras informaciones igualmente fiables indican que el ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, dejó constancia durante la cumbre ministerial celebrada el pasado fin de semana de que, en opinión de Francia, la candidatura de Portugal, que debería ser examinada en el próximo consejo de la UEO, no puede ser aceptada, al menos de manera inmediata.

De tales informaciones se deduce la conclusión paradójica de que los países más opuestos a la ampliación de la UEO parecen ser precisamente algunos de los que que han dado la bienvenida a los deseos de ingreso expresados por el presidente español, Felipe González, en tanto que por lo menos algunos de los que no se han pronunciado sobre el tema podrían ser, en última instancia, favorables a la ampliación.

Durante el consejo extraordinario de Roma, se congratularon del gesto español los representantes de Francia, República Federal de Alemania e Italia, en tanto que los del Reino Unido, Bélgica y Holandá indicaron que necesitaban tiempo para estudiar el tema. No se conoce reacción oficial luxemburguesa.

La consideración de que una eventual ampliación de la Unión de Europa Occidental debilitaría a la organización, resulta, entre tanto, congruente con la nueva orientación adoptada por la UEO en este intento de relanzamiento que coincide con su 30º aniversario. La unión de los siete va a quedar, en efecto, constituida más como un lobby que como una verdadera alianza defensiva, y todo lobby tiene, por definición, unas posibilidades de crecimiento limitadas.

Si la UEO se ampliara a todos los Estados miembros de la CEE, el intento de relanzamiento encontraría, por otra parte, las mismas dificultades que el plan Genscher-Colombo para una unión europea encuentra en el ámbito comunitario.

Si la UEO se ampliara a todos los Estados de la OTAN, sus comités reformados constituirían una repetición innecesaria del Eurogrupo y del Grupo Europeo Independiente de Proyectos (GEIP), que ya operan dentro de la OTAN.

Para los mentores de este relanzamiento -y no todos en los siete tienen el mismo interés en el proyecto- la importancia actual de la UEO radica, precisamente, en que ésta se mantenga como un grupo selectivo de países con vocación de incidir, a través del ámbito más amplio de la OTAN, en las relaciones transatlánticas.