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Polonia reacciona, con calma frente a la muerte del sacerdote

El secuestro y desaparicíón de su pastor sume en el dolor a los fefigreses de la iglesia de San Estanislao de Kostka

Los feligreses de la iglesia de San Estanislado de Kostka, donde ejercía su ministerio el sacerdote secuestrado y desaparecido Jerzy Popieluszko, se reunieron ayer en las misas matinales en una fría mañana otoñal y daban la seinisación no de ira, sino más bien de abatimiento y dolor por la pérdida del pastor. La iglesia de San Estanislao de Kostka es una fea construcción de ladrillo gris sin la menor gracia arquitectónica, en el barrio de Zoliborz de la capital polaca. La verja que rodea la iglesia está completamente cuajada de flores y de pancartas con diferentes textos: "Devolvednos al padre Popieluszko", "Donde quiera que estés, Cristo y nuestras oraciones están contigo". También hay una cita del papa Juan Pablo II que recoge su mensaje del pasado miércoles: "Conmovido profundamente por este acontecimiento, expreso mi solidaridad con los pastores y el lo de Dios".

En la fachada de la iglesia cuelga una foto del sacerdote desaparecido en la que aparece predicando bajo una pancarta que dice: "Confiemos". Todo un servicio de orden, organizado por la propia iglesia, se encarga de mover a los feligreses y de maniener cerrados los accesos a las dependencias parroquiales.Cada uno de los miembros del servicio de orden lleva un número en una chapa que prende de la solapa. Unos jóvenes universitarios del servicio de orden se niegan a comentar lo que sienten en estos momentos. Sólo una chica joven dice: "Es un asesinato sin precedentes". A la pregunta de si tiene todavía una esperanza, responde: "No tenemos ce-nidumbre. No queremos creerlo, pero lo tememos".

Murales de avisos

En un tablón de anuncios, en el portal de entrada de la iglesia, hay expuestas varias fotos en color del cura Popieluszko. Una piña humana se forma en torno a los murales de avisos, con llamamientos e informaciones, desde una carta firmada por intelectuales polacos -el director de cine Andrzej Wajda, el escritor Ryszard Kapuscinski, c!l periodista Stefan Bratkowski y otros- hasta un texto con el sermón pronunciado por Popieluszko el pasado 26 de agosto en la misa patriótica.

Unas viejas se acercan, algunas con lágrimas en los ojos. Una exclama: "¡Qué guapo era, qué joven!". Otra dice: "¡Pobre hijo! ¡Cuántos años tuvo que estudiar, para que luego esas garras de lobo lo arrebataran.'".

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El texto del sermón de Popieluszko, escrito a máquina, menciona la necesidad del diálogo y dice: "Por fin hay que sentarse a la mesa para empezar un diálogo sincero, teniendo en cuenta el bien de la patria y la solución apropiada de nuestros problemas. Un diálogo con los representantes auténticos del pueblo, en los que el pueblo depositó su confianza, confianza que nunca ha retirado, y no entrar en conversaciones ficticias con organismos creados artificialmente".

Continúa con la "Solidaridad del Pueblo", y dice que "ya tenía echadas sus raíces en la tierra tras los anteriores llamamientos a la verdad y a la justicia de los años 1956, 1968, 1970 y 1976. Tuvo sus raíces en las lágrimas, en la injusticia y en la sangre obrera derramada. Tuvo sus raíces en la humillación de la juventud estudiantil. Por eso pudo crecer tan rápidamente, como un árbol poderoso que llegó a cubrir con sus ramas a todo el país".

La familia pide explicaciones

Las palabras del sermón tienen un tono dramático a la vista de lo ocurrido con Popieluszko, que el 26 de agosto dijo que, "a pesar de su desarrollo tempestuoso, durante los 15 meses de actividad legal nadie fue herido o asesinado por culpa de Solidaridad".

Dos hermanos y una hermana del sacerdote desaparecido llegaron a Varsovia, con la intención de recibir de las autoridades la información sobre las investigaciones policiales que se han realizado.

Los padres de Popieluszko, dos ancianos de 70 años, viven en una pequeña localidad al noreste de Polonia, en una zona próxima a la frontera soviética.

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