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CASTILLA Y LEÓN

Dos presos, tras hacerse con las armas de dos vigilantes, se fugan de la cárcel de Ávila

Isidro Hernández Ramos, de 22 años, y Juan Redondo Fernández, de 20 presos calificados como muy peligrosos, se fugaron de la prisión de Ávila hacia las 9.30 horas de ayer tras desarmar a dos guardias civiles y tomar como rehenes a varios funcionarios. Juan Redondo iba a ser trasladado ayer a una prisión de mayor seguridad. Isidro Hernández está acusado del asesinato de un sargento de la Guardia Civil, durante un atraco.

Los hechos ocurrieron cuando el encargado de repartir los desayunos, intimidado por los presos con la excusa de salir para entregar una instancia al director, fue obligado a entrar en la celda. Una vez allí, el funcionario fue amenazado con un cuchillo que habían confeccionado ellos mismos, dejándole encerrado y maniatado.Con la misma excusa, uno de los dos presos fugados amenazó al guardia encargado de la vigilancia de la puerta del patio, tirándole al suelo para así poder llegar a la puerta de salida.

Isidro Hernández Ramos y Juan Redondo Fernández, tras lograr salir, quitaron el subfusil al guardia situado en la puerta principal, pero al dar la alarma uno de los dos únicos funcionarios de vigilancia volvieron a internarse en la prisión. Una vez allí, cogieron a dos rehenes, siendo uno de ellos el propio administrador.

Tras utilizar a sus rehenes para desarmar a un guardia civil que vigilaba el paredón del patio trasero y hacer varios disparos para amedrentar a los funcionarios, salieron a la calle por una tapia de tres metros y medio de altura.

Una vez fuera de la prisión, los dos delincuentes se apoderaron de un vehículo y se dieron a la fuga. Al parecer, tomaron la carretera que une Ávila con Arévalo.

Isidro Hernández Ramos está acusado de robo a mano armada en la sucursal de Banesto en Arenas de San Pedro y de haber asesinado a un sargento de la Guardia Civil durante el atraco. Juan Redondo Fernández, que había estado ya internado en las prisiones de Segovia y Zamora, estaba en Ávila en tránsito en espera de ser trasladado a la prisión de Ocaña.

La prisión provincial de Ávila es un edificio antiguo, situado dentro del recinto amurallado y frente al parador nacional Raimundo de Borgoña. Sus viejas instalaciones son insuficientes, así como el personal encargado de vigilar a los 28 internos (sólo hay dos funcionarios de vigilancia en cada turno), con grandes dificultades en cuanto al aislamiento de los internos.

Aunque esta situación ya había sido comunicada repetidas veces a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, no se había recibido ninguna respuesta.

Una fuga evitable

La fuga de los dos reclusos se podría haber evitado si se hubiera trasladado a Juan Fernández a una prisión de seguridad, según declaró a la agencia Efe el administrador del centro, Miguel Ángel López.Éste explicó que desde que Redondo llegó a la prisión estaba convencido de que iba a pasar algo parecido. "En una semana que llevaba aquí" dijo, "descubrimos dos intentos de fuga. En el primero había serrado unos barrotes y en el segundo le pillamos unos machetes".

"Ante esta situación", según comentó el administador de la cárcel, "los funcionarios extremaron la vigilancia e, incluso, alargaron los turnos. Pero el problema es que la prisión de Ávila no está preparada para presos peligrosos y el director había pedido que fuera trasladado a un centro de seguridad. "Esta mañana por fin lo ha conseguido. Redondo iba a ser trasladado hoy mismo a otra prisión y él lo sabía".

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