La oposición parlamentaria pone en duda la convocatoria del referéndum sobre la permanencia en la OTAN
La práctica totalidad de los grupos parlamentarios, excluyendo los socialistas, se muestra convencida de que no podrá celebrarse el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, prometido el pasado martes por el presidente Felipe González en su discurso de apertura del debate sobre el estado de la nación. El referéndum, González, tendría lugar en febrero de 1986, y medios gubernamentales reiteraron ayer que su celebración "está fuera de toda especulación".
Sin embargo, la mayoría de los grupos, desde Alianza Popular hasta los comunistas, han asegurado que la consulta popular acabará por no celebrarse. En estas condiciones, el referéndum amenaza con convertirse en objeto de la principal polémica en las conversaciones que se iniciarán en noviembre para llegar a un consenso sobre política exterior.El último en expresar sus dudas acerca de la viabilidad del referéndum fue el portavoz de la Minoría Catalana e inspirador de la llamada operación reformista, Miquel Roca: "Plantea graves problemas jurídico-constitucionales", dijo ayer Roca. "Tal y como se quiere hacer, es una ratificación de algo ya acordado por el Congreso de los Diputados hace años, lo que abriría una vía muy peligrosa", añadió.
Según Roca, hay probabilidades de que la consulta no llegue a celebrarse. "El presidente González tiene que presentar ante la opinión pública que se aleanza un consenso en el ParIamento, y que, por tanto, el refleréndum ya no es necesario".
Obstáculo para el consenso
En parecidos términos se han expresado, a lo largo de los últimos días, dirigentes de los principales partidos de Coalición Popular. Óscar Alzaga, presidente del Partido Demócrata Popular, fue el primero en advertir que el referéndum tendrá muchas dificultades para llevarse a la práctica, dados los riesgos que presenta para el Gobierno su celebración con una mayoría de la opinión pública en contra de la permanencia de España en la Alianza Atlántica. Manuel Fraga y otros líderes de Alianza Popular se han pronunciado reiteradamente en contra de la celebración del referéndum, incluso dando a entender que el mantenimiento de su convocatoria podría obstaculizar el consenso sobre política exterior. En medios de AP se ha llegado a sugerir que el Gobierno adelantará la disolución de las cámaras y la celebración de elecciones generales para no llevar a cabo la consulta.
Tan sólo el Centro Democrático y Social, de Adolfo Suárez, manifestó, a través de la participación de miembros de este partido en la llamada Mesa por el referéndum, su deseo de que la consulta popular se lleve a cabo. Sin embargo, en su intervenciórt durante los debates parlamentarios sobre el estado de la nación, Suárez renunció a pronunciarse de manera específica sobre el tema, limitándose a considerar "realista" la propuesta de 10 puntos para la permanencia del país en la Alianza hecha por Felipe González.
Representantes del CDS, junto con el PCE e independientes -entre los que destaca Ramón Tamames-, integran las mesas que el pasado sábado insertaban una página en algunos periódicos nacionales con la firma de 600 personas que solicitaban la pronta convocatoria y celebración de la consulta popular sobre la OTAN. De acuerdo con medios gubernamentales, los dingentes socialistas se sintieron "fuertemente preocupados" al ver algunos de los nombres que firmaban la solicitud, por considerarlos jiasta entonces personalidades próximas al PSOE; ello habría reafirmado las tesis de quienes insistían en la necesidad de que Felipe González hiciese "referencias concretas al referéndum" en su discurso sobre el estado de la nación. Enrique Curiel, vicesecretario general del PCE, afirmó que las mesas por el referéndum, que eran consideradas por algunos observadores como el embrión de los intentos de un sector de los comunistas para formar un bloque de izquierdas con carácter electoral, "se van a reconvertir", tras el anuncio de González puntualizando la fecha de la consulta popular. Pero el portavoz comunista en el Congreso, Santiago Carrillo, afirmó en su discurso durante el debate sobre el estado de la nación que, si los sondeos siguen mostrando una tendencia en el electorado contraria a la Alianza, "ustedes no celebran el referéndum".
