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CORRUPCIÓN POLÍTICA EN LA RFA

Rainer Barzel, presidente del Bundestag, dimite tras ser acusado de recibir 95 millones de pesetas del consorcio Flick

El presidente del Parlamento federal (Bundestag) segundo personaje en el orden protocolario de la República Federal de Alemania (RFA), el democristiano Rainer Barzel, de 60 años, dimitió ayer de su cargo "por no poder soportar la presión política y psíquica contra él", según comunicó por escrito al jefe del grupo parlamentario democristiano (CDU-CSU), Alfred Dregger. Barzel está implicado en el escándalo Flick, y pruebas documentales le involucran en la percepción indirecta, a lo largo de siete años y a través de un bufete de abogados de Francfort de 1,7 millones de marcos (95 millones de pesetas) del consorcio financiero más fuerte de la RFA.

Barzel alegó motivos de salud para no comparecer ante la comisión parlamentaria que investiga el caso Flick, que le había citado como testigo para declarar de nuevo en la tarde de ayer. Poco después de mediodía trascendió en Bonn la noticia de la dimisión de Barzel, que se esperaba después de que el político no hubiese conseguido el miércoles disipar las sospechas de que su contrato con el bufete de abogados de Francfort no era más que una tapadera para recibir el dinero de Flick.En la noche del miércoles, después de que Barzel abandonase la comisión investigadora para asistir al funeral por su esposa, fallecida cuatro años atrás, compareció ante los diputados el abogado Albert Paul, dueño del bufete en el que teóricamente prestó sus servicios el presidente del Bundestag entre 1981 y 1982. Paul confirmó lo declarado por Barzel y aseguró firmemente que el político prestó auténticos servicios en el bufete y que no se trataba de una relación ficticia para encubrir la percepción de dinero enviado por el consorcio Flick. En la declaración durante la sesión investigadora, Barzel no consiguió desmontar las acusaciones contra él.

Mikat recibió la carta

Por la mañana, a primera hora, Barzel se reunió con su amigo el diputado democristiano Paul Mikat, de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), encargado de los asuntos jurídicos del grupo parlamentario de la CDU-CSU. Mikat, que intervino en el compromiso de rehabilitación del general Günther Kiessling, falsamente acusado de homosexualidad, aconsejó a su amigo Barzel que siguiese la recomendación médica y no se presentase ante la comisión investigadora. Barzel decidió dimitir y entregó a Mikat una carta para el jefe del grupo parlamentario democristiano, Dregger.

En una conferencia de Prensa, Dregger comunicó que Barzel le había anunciado su dimisión porque "la presión política y psíquica contra él se hizo insoportable". Después, Dregger insistió en los dos puntos fundamentales que la CDU trata de salvar en el caso Barzel: el presidente del Bundestag no ha tenido ninguna intervención en la exención fiscal que el Gobierno del canciller Helmut Schmidt concedió al consorcio Flick por la venta del paquete de acciones de la Daimler Benz, y "no hubo dinero en juego" en la dimisión de Barzel de sus cargos en 1973, cuando Helmut Kohl le sucedió en la presidencia de la CDU.

Dregger concluyó con la frase "le deseamos (a Barzel) una pronta recuperación de su quebrantada salud y esperamos que él siga a nuestra disposición con su consejo y su actuación". Cuando Barzel había ya tomado la decisión de dimitir de su cargo, en la comisión parlamentaria que investiga el caso Flick recibió un golpe definitivo, que difícilmente le habría salvado y que podrá traer como consecuencia que el dimitido presidente del Bundestag tenga que afrontar una acusación.

Por la mañana, el ex apoderado del consorcio Flick, Guenter Max Paeffgen, declaró ante la comisión parlamentaria que Barzel, tras su dimisión en 1973, había informado al consorcio Flick que iniciaba su trabajo en el bufete de Paul en Francfort.

A raíz de esta comunicación, Paeffgen aconsejó a sus socios del consorcio Flick conceder un contrato de asesoramiento al bufete. El hombre de Flick declaró también que el contrato con el bufete había sido fechado con anterioridad a la fecha de su acuerdo, y añadió que ésta es una práctica habitual en el tráfico mercantil. En el contrato se fijó una aportación global anual de Flick de 250.000 marcos anuales (14 millones de pesetas al cambio de hoy). El día anterior, Barzel cayó en contradicciones al fijar la fecha de la firma del contrato con el bufete de abogados y negó que hubiese un acuerdo directo con Flick. Barzel mantuvo en su declaración que sólo prestó servicios a un bufete que entre sus clientes tenía al consorcio Flick.

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