Miquel Roca será nombrado en enero presidente de la Federación de Partidos Reformistas
El debate sobre el estado de la nación supone para el portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, el comienzo de un período especialmente agita do, que culminará con su nombramiento en enero como presidente de la futura Federación de Partidos Reformistas. Roca, el hombre que, junto con el presidente Felipe González, ha obtenido más beneficios políticos de este acto parlamentario, según la opinión mayoritaria expresada en los pasillos del Congreso, tratará ahora de "prolongar durante el mayor tiempo posible la capitalización de su éxito en el debate", según una fuente próxima al político catalán.
"Felipe González no se conforma con tener la mayoría absoluta en la Cámara; quiere también repartir el juego de influencias entre los demás grupos". Así se expresaba José María Ruiz Gallardón -vicepresidente de Alianza Popular y uno de los motores del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso-, que se mostraba alarmado: el presidente del Gobierno no solo trató, en opinión de muchos miembros de la oposición conservadora, de invalidar a Manuel Fraga como jefe de la oposición según el protocolo, sino que también vapuleó al portavoz de Coalición Popular Miguel Herrero de Miñón, con pérfidas sugerencias sobre maniobras sucesorias en las filas del grupo conservador.Para colmo, el presidente González dio un trato privilegiado al portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, en el debate que ambos mantuvieron el pasado miércoles. Entre otros detalles, se anotó que la respuesta del dirigente socialista a Roca se prolongó durante mucho más tiempo que el empleado en replicar a Fraga el día anterior. Utilizando un lenguaje sólo a medias críptico, González admitió que, tras la intervención de Fraga, había quedado un espacio político libre para el portavoz de la Minoría Catalana.
El trato dado ayer por González, en el último día del debate, al otro aspirante a ocupar el espacio político centrista en las próximas elecciones legislativas, Adolfo Suárez, fue muy diferente del tono de adversario respetuoso empleado con Roca. El coloquio entre el presidente del Centro Democrático y Social y el ahora presidente del Gobierno tuvo un carácter, voluntariamente elegido por Suárez, de diálogo de caballeros, "casi de profesor a discípulo", en apreciación de un diputado socialista.
Frente al tono institucional de Suárez, en la línea del que empleó a lo largo de toda la campaña electoral en octubre de 1982, tratando de no atacar ni a la derecha ni a la izquierda y de mantenerse en un marco admonitorio, Roca se presentó claramente como alternativa: ni una sola vez se refirió a Cataluña, pese a las trampas que le tendió González para que lo hiciera.
"Tenemos que hablar"
Para hacer frente a los rumores que hablan de posibles pactos futuros, pre o poselectorales, con la Coalición Popular, Roca se aproximó más a los socialistas que a la oposición conservadora, llegando a indignar a Miguel Herrero cuando le recordó anteriores declaraciones del portavoz del Grupo Popular en las que, siendo diputado de UCD, señalaba que en un debate como el referido al estado de la nación no cabría admitir la reprobación individualizada de uno o varios ministros. Pese a ello, finalizado el debate, Herrero -lo mismo que poco antes había hecho Óscar Alzaga, dirigente del PDP-, se apresuró a conversar con Roca para urgirle: "Tenemos que hablar".
Tan sólo Adolfo Suárez se mantiene ajeno a cualquier intento de pacto futuro con Roca; ha sido el político catalán quien, al menos en dos ocasiones, se ha dirigido en los últimos meses al ex presidente del Gobierno para ofrecerle, con escasos resultados hasta ahora, que encabece la operación reformista.
El debate sobre el estado de la nación concluido ayer constituye el punto de partida en un periodo especialmente agitado en la vida de Miquel Roca. Hoy mismo, presentará a la opinión pública el congreso constituyente del futuro Partido Reformista Democrático, que se desarrollará a partir del 23 de noviembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid. Al congreso asistirán el ex primer ministro francés Raymond Barre, el dirigente socialdemócrata británico David Owen, el ministro de Exteriores alemán Hans Dietrich Genscher, el ex primer ministro portugués Francisco Pinto Balsemao y, tal vez, el senador estadounidense Robert Kennedy, si bien su presencia no ha sido confirmada.
Roca salvará la ambigua situación que supone su militancia en Convergència Democrática de Catalunya (CDC) -y, por tanto, su imposible doble militancia en el futuro Partido Reformista Democrático (PRD)-, con la creación, en el congreso de CDC, que se celebra en enero, de una Federación de Partidos Reformistas, que estará presidida por el propio Miquel Roca.
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