El secretario general de la OTAN, dispuesto a mediar entre Madrid y Londres en el conflicto de Gibraltar
El secretario general de la OTAN, el británico lord Carrington, estaría, "en principio", dispuesto a mediar entre España y el Reino Unido en torno al conflicto de Gibraltar, si se lo solicitasen los interesados. Así lo admitieron ayer fuentes de la Alianza, que matizaron no obstante que ninguno de los dos países ha solicitado hasta ahora los buenos oficios de lord Carrington para acercar posiciones sobre Gibraltar. Por su parte, el comandante supremo aliado en Europa ha manifestado que la URSS aumenta sus presiones sobre España.
Con la permanencia de España en la OTAN sería más fácil llegar a un acuerdo en el conflicto de Gibraltar, que si España se saliese , según fuentes de la Alianza. Carrington, artífice junto a Marcelino Oreja del Acuerdo de Lisboa de 1980, que supuso la primera apertura importante en la cuestión, cuando ambos dirigían las respectivas diplomacias, no ha visitado aún España desde que ocupó en junio su actual cargo, aunque sí lo hizo en los meses inmediatamente precedentes.En fuentes de la Alianza se señaló que cuanto más agudo parece un problema de política interna como el de la OTAN, más interesados estarán los otros países en que no se les acuse de injerencia en los asuntos "internos", "por lo que no hay una sensación de la urgencia de este viaje por el momento", según estas fuentes, "y habría que examinar con cuidado los efectos que pudiera tener".
De "prueba y contribución muy importante" calificaron ayer dichas fuentes la intervención delpresidente del Gobierno, Felipe González, en el debate sobre el estado de la nación, en lo referente a la OTAN. Sobre el referéndum señalaron que la OTAN defiende la libertad de elección, "y la libertad de elección no se hace de una vez por todas, sino que se ejerce continuamente". "Naturalmente", añadieron, "preferiríamos que España se quedase, y lo ideal es que se integrase plenamente". Aunque sobre la "plena integración" admitieron que "existen varias situaciones" y es una cuestión "de grado". En cualquier caso, comentaron que la repercusión política en los otros países miembros "sería más grave si España saliese que si no hubiese entrado".
En Madrid, el nombramiento de Lord Carrington como secretario general de la OTAN fue acogido con indisimulada satisfacción. El recuerdo de que él fue el primer diplomático británico que aceptó que se pusiera en discusión la soberanía de Gibraltar -como quedó expuesto en el Acuerdo de Lisboa- facilitó su acogida en Madrid, al final de la primavera pasada, en vísperas de hacerse cargo de su nuevo puesto en la Alianza Atlántica.
Justamente días antes, su antecesor en la OTAN, el holandés Joseph Luns, no fue recibido en España, como hubiera deseado. Fuentes del Ministerio español de Asuntos Exteriores alegaron entonces razones de calendario.
Círculos atlánticos vienen sugiriendo que una posibilidad para desbloquear el futuro de Gibraltar pasa por la presencia activa de España en el mando militar de la OTAN, sustituyendo el papel que la Marina y el Ejército del Aire británicos cumplen desde el Peñón.
Presiones soviéticas
Por otra parte, el comandante supremo aliado en Europa, general Bernard Rogers, se refirió en unas declaraciones a la agencia de noticias Reuters a las crecientes presiones soviéticas sobre España en tomo a la cuestión de su permanencia en la OTAN.
Rogers comentó unas declaraciones a este periódico (ver EL PAIS del 20 de octubre pasado) de Giorgi Arbatov, director del Instituto de Estados Unidos y Canadá de la URSS. Según Rogers, Orbatov "estaba presionando sobre España" al
eferirse en sus declaraciones a las bases norteamericanas, en las que, según dijo, se pueden almacenar armas nucleares a pesar de lo que se diga, y al repetir que la URSS no atacaría nuclearmente a ningún país que no tuviera estas armas. "Como ve", señaló Rogers, "está aumentando la presión sobre España ahora que se acerca el momento de tener un referéndum sobre si se van a quedar o no en la OTAN".
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