La venta de la etiqueta de origen
Las diferencias tan grandes que se dan entre el precio de la uva de la rioja y las de otras regiones vecinas, en proporción de tres a uno, ha provocado la aparición de una nueva forma de fraude: la venta del papel que certifica la denominación de origen de la uva. La diferencia entre el rendimiento máximo por hectárea decretado cada año por el consejo regulador para cada localidad en atención a un muestreo o aforo realizado poco antes de la vendimia, y la producción real obtenida, puede dar origen a una venta fantasma, la venta del papel (etiquetas de la denominación de origen rioja) que será utilizado para dar nombre de Rioja a una producción de uva traída de otras zonas de producción a precios bastante más bajos. Por otra parte, la venta que realizan los cosecheros de vino del año a granel, vino sin etiqueta alguna, abre también nuevas vías a este fraude del papel ya que las etiquetas correspondientes a ese vino pueden ser vendidas por separado a las bodegas.
Es este un tema vidrioso, conocido por todas las personas del sector, pero del que muy pocos hablan. Su control es prácticamente imposible y se puede dañar la imagen de una denominación de origen que, a pesar de todo, se precia de ser la que más y mejor controla la producción y elaboración del vino.
Sin embargo, en distintas fuentes del sector que tratan de frenar los movimientos especulativos con las etiquetas de denominación de origen que pueden provocar una caída en las ventas importante, se estima que el fraude del papel puede alcanzar casi el 20 % de la producción total del Rioja. Este año, ante la escasez de la oferta, un kilo de uva fantasma (solo el papel), se está llegando a pagar hasta 20 pesetas.
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