Mauricio Coletti

Mauricio Coletti, psiquiatra italiano de 36 años y secretario general de la -comisión del PCI contra la Droga -comisión que coordina la labor de los parlamentarios, la política juvenil. y los sectores de Sanidad y Justicia del partido desde 1982-, se ha convertido en una de las personas mejor informadas sobre las redes de la droga y de sus conexiones con la Mafia y la Camorra. Fuerte y saludable, con un rostro optimista que transita desde la preocupación a la risa sin esfuerzo, Coletti presentó ayer en Madrid el informe Una política europea contra la droga, recopilación de las aportaciones que magistrados y juristas realizaron en el congreso de Módena, celebrado a principios de marzo.

Su talante y su visión de ]a vida no parecen tener necesidad de remontarse sobre las alas de la cocaína o las crines del. caballo. Este Barbarroja peludo, de tez mantecosa, que, no obstante, adquiere fácilmente el color púrpura con unas cuantas risas, esconde tras su traje encorbatado a un muchacho. que ya no tiene tiempo para seguir jugando al rugby. "No creo que la política sea una cosa de gente circunspecta" dice. Y ciertamente, él representa al político con onduladas tendencias al buen vivir -su aún leve estómago lo corrabora-, de mente positiva y optimista -y, sin embargo, todavía entregada a una causa-, aparentemente sin complicaciones, cuyo caudal de energía se mantiene fácilmente o sencillamente se transforma, sin recurrir a la farmacopeas u otros excitantes artificiales.Coletti no se considera un ejemplo ni vende recetas de moralista -"no soy abstemio; me gusta el vino, aunque no en exceso"- pero se interroga: "¿Qvié papel puede representar la heroína cuando se tiene una visión de la vida como la mía? Ninguno, no tiene respuestas. La heroína es una consoladora; y yo a veces tengo necesidad de consuelo, pero de otro tipo".

Mauricio Coletti reside en Roma y trabaja en un centro dedicado a la formación de psiquiatras, muchos de ellos orientados al tratamiento de drogadictos. Sus viajes a España son frecuentes, ya que colabora con los profesionales del DAK (centro dedicada al tratamiento de drogodependencias financiado por el Gobierno vasco) y mantiene contactos con sus compañeros del PCE.

Está separado, no tiene hijos y ha iniciado una nueva relación con una asistenta social -naturalmente con carné del PCI, aunque militante de base- que,al parecer, cultiva gustos marchosos. "En eso estamos algo enfrentados, porque a ella le gusta mucho bailar y salir a discotecas", mientras que Coletti, más hogareño, prefiere los juegos de simulación o de guerra, bien arrellanado en un sillón".

El psiquiatra italiano forma parte del Movimiento contra la Droga y la Mafia, integrado por padres de familia y ex drogadictos. Para Coletti, el tráfico de drogas, al igual que el de armas, está controlado por la Mafia, "ese, camino cruzado de la muerte con la muerte entre Oriente y Occidente". "El tráfico de drogas", añade Coletti es una amenaza para la democracia porque tanto dinero negro no se puede blanquear sin tener el apoyo o el diseño de un proyecto político: es preciso controlar bancos y ayuntamientos".

Se declara pacifista. "Se puede ser pacifista y luchador a la vez".