La gasolina no subirá mas del 5% si se generaliza la baja del precio del petróleo

El Ministerio de Economía y Hacienda ha replanteado sus estudios previos sobre la anunciada subida de los precios de los productos derivados del petróleo (gasolinas, gasóleos, butano, etcétera) en función del alza del dólar, como consecuencia de la baja que algunos productores han decidido para sus tarifas del crudo. Fuentes solventes señalan, sin embargo, que no parece probable que la subida de los carburantes, anunciada por Miguel Boyer, en la presentación de los Presupuestos, se retrase más allá del mes de diciembre, aunque sí conceden que puede ser muy pequeña si los crudos confirman su tendencia a la baja. En el ministerio se estima que la subida de la gasolina que no superaría el 5%.

La caída de los precios en origen del petróleo es, hasta ayer, un hecho en el caso de los productores del mar del Norte, Noruega y el Reino Unido, y es una posibilidad cierta en el caso de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Ayer un portavoz de esta organización anunció en Viena que el consorcio se reunirá, en conferencia especial de carácter consultivo, el próximo 29 de octubre en Ginebra, para analizar la situación del mercado a la luz de los últimos acontecimientos.Aunque el carácter consultivo de la reunión presupone que los miembros de la OPEP no pueden adoptar decisiones sobre precios, no es la primera vez que el consorcio se reúne con este carácter y termina convirtiendo su encuentro en una reunión extraordinaria. Esto supondría la confirmación apuntada por los expertos del mercado de petróleo en el sentido de que la OPEP no puede resistir la baja entre 1,35 y 1,60 dólares por barril, anunciada por los productores del mar del Norte, sin tener que reducir a su vez sus propias tarifas. Esto sucedió ya en marzo de 1983, cuando la baja fue, además, de cinco dólares por barril.

Nigeria baja su precio

El punto débil de la estructura de los precios de la OPEP se sitúa en Nigeria, país productor de un crudo que es de similar calidad a la del mar del Norte y directamente competitivo con él. Ayer, el gobierno nigeriano anunció una baja de dos dólares en el precio del bonny nigeriano, que se sitúa en 28 dólares. Esta modificación trastoca toda la estructura de los precios de la OPEP que puede venirse abajo antes de la anunciada conferencia, lo que, sin duda, sería un magnífico regalo para los países consumidores. En el Ministerio de Economía y Hacienda, sin embargo, se tiene la impresión de que la baja puede ser un hecho real, pero no en unas cantidades tales que eliminen la necesidad de incrementar el precio de las gasolinas, necesidad que va en función, a su vez, del desplazamiento al alza del dólar en relación a las hipótesis en que se basó la última subida.En este sentido, los cálculos barajados por el Gobierno en el último reajuste (diciembre de 1983) fueron de un dólar a 156 pesetas y un coste del barril del petróleo a 29 dólares para 1984.

Según los cálculos oficiales, la subida de las gasolinas viene obligada porque el dólar, que ayer cotizó en Madrid a 175 pesetas, se ha desplazado de las 156 pesetas previstas. Esto ha supuesto una disminución de los ingresos por fiscalidad que hacen necesario, con objeto de no incrementar el déficit, su recuperación. El propio Boyer anunció esta próxima subida el pasado septiembre y la consideró inevitable para antes del mes de diciembre.

Sin embargo, la variable introducida con el descenso de los precios de los crudos ha forzado al ministerio a plantearse el estudio de nuevos escenarios en la evolución del dólar y del precio del crudo. En espera de que la baja del precio del crudo sea definitiva, las primeras hipótesis gubernamentales apuntan hacia una baja mínima en el coste medio del barril importado por España, no superior a los dos dólares. De no superar esta barrera, la necesidad de incrementar los precios de los productos se mantiene, según fuentes solventes, aunque queda la duda del porcentaje.

Efecto sobre el IPC

Otro problema añadido es el efecto que la subida de las gasolinas y demás productos pueda tener sobre el Indice de Precios al Consumo (IPC). En este sentido, las hipótesis barajadas señalaban que la subida podría decidirse en el mes de noviembre, un período cuando el incremento del IPC no suele ser muy significativco.La evolución del IPC en septiembre y octubre apunta, según las estimaciones de Comercio, a que el incremento estará en torno a un 0,2% o un 0,3% mensual en ese período. Lo mismo puede suceder en noviembre, pero no en diciembre, cuando el factor alimentación tira sustancialmente hacia arriba.

Con todo, en medios solventes se apunta que, de confirmarse las hipótesis apuntadas, la subida no podrá retrasarse más allá del mes de diciembre, aunque, gracias al esperado descenso en los precios de los crudos, la subida no será superior al 5%. Según las fuentes consultadas, el Gobierno prefiere asumir el coste de una desviación en las previsiones de incremento del IPC que tener que soportar un descenso en la fiscalidad.

Por otro lado, el momento del reajuste de los precios será aprovechado para establecer nuevos octanajes en las gasolinas y para introducir, al menos en las gasolinas normales, productos con una cantidad de plomo inferior, de acuerdo a las normas establecidas en algunos países de la Comunidad Económica Europea. Esta reforma está experimentando un cierto retraso, con el fin de hacerla coincidir con la modificación de los precios de los carburantes y facilitar así su funcionamiento práctico en las estaciones de servicio.