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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La investigación biotecnológica

En la sección de Ciencias de EL PAIS del 28 de septiembre de 1984 se incluyó una información según la cual "los bioquímicos españoles apoyan el programa gubernamental sobre biotecnología", como una de las conclusiones del 11º Congreso de la Sociedad Española de Bioquímica (SEB). Dado que esta información es totalmente errónea, le ruego publique la siguiente rectificación.Durante su congreso, la SEB no se pronunció sobre el programa en biotecnología. En la mesa redonda sobre esta materia, yo me opuse al mencionado programa y presenté otras alternativas, pero no se produjo debate, pues el moderador de la mesa consideró que no era el lugar para realizarlo. La base de mi argumentación recaía sobre el efecto negativo del programa sobre otras áreas de investigación. España dedica a la investigación menos fondos de los que sus investigadores requerirían para un rendimiento óptimo y que son claramente insuficientes para la formación del personal investigador. Evidentemente, los fondos que se aplican a un área no se aplican a otras. Como muestra véase la convocatoria de becas para la formación de personal investigador en Estados Unidos (BOE de 19 de septiembre último), donde aparece la biotecnología como área prioritaria y no la agricultura o la ganadería. Sin embargo, en España aún no conocemos de nuestros recursos naturales y su uso óptimo lo que en otros países se conoce desde hace más de 50 años.

Como ejemplo ilustrativo de lo que pueden ser prioridades, España importa de Estados Unidos la práctica totalidad de la proteína vegetal (fundamentalmente soja) necesaria para producir los huevos y la carne de ave y de cerdo que consumimos y que son los principales aportes de proteína en la dieta de los españoles. Incluso para la producción de esta carne y huevos se usan razas extranjeras, de tal forma que, en muchos casos, nuestros ganaderos ponen el trabajo y una multinacional se lleva la parte del león. La dependencia, en algo tan necesario como la alimentación diaria, es tan dramática que, desde mi punto de vista, puede llegar a plantear problemas políticos de largo alcance. Es realmente sorprendente que en muchas colaboraciones periodísticas sobre política exterior (por ejemplo, OTAN), no se considere que dependemos de otros países si queremos comer.

Espero y deseo que el Gobierno dé marcha atrás en su programa movilizador en biotecnología. Sobre todo, espero que se reconsidere la prioridad de inversión de los 3.000 millones que se proyecta emplear en un nuevo centro. No debemos olvidar que la investigación que hay que desarrollar para romper la dependencia alimentaria la tenemos que realizar nosotros. Nadie la va a hacer, aunque la pagáramos.- Catedrático de universidad.

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